¡Vino Real (de Jerez y Málaga) para la Infanta! Un tesoro en el Archivo de Cádiz

Descubre una Real Orden de Carlos III en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz donde se envían vinos de Jerez y Málaga a la Infanta. ¡Un viaje al pasado con sabor a historia!

¡Vino Real (de Jerez y Málaga) para la Infanta! Un tesoro en el Archivo de Cádiz

En el corazón del Archivo Histórico Provincial de Cádiz, entre legajos y pergaminos que guardan siglos de historia, se encuentra una joya que nos transporta al siglo XVIII. Una Real Orden de Aduanas, fechada el 26 de diciembre de 1769, revela un detalle fascinante de la vida de la realeza: el mismísimo rey Carlos III ordenando el envío de una selecta partida de vinos de Jerez y Málaga a su querida hija, la Infanta María Luisa. ¡Prepárense para un viaje al pasado con sabor a historia!

Un regalo con Sello Real

Imaginen la escena: la corte real en pleno siglo XVIII, con sus intrigas, sus protocolos y, por supuesto, sus exquisitos gustos. En este contexto, Carlos III, un monarca conocido por su carácter ilustrado y su preocupación por los asuntos de Estado, decide tener un gesto de cariño con su hija, la Infanta María Luisa, quien ostentaba el título de Gran Duquesa de Toscana. ¿Y qué mejor manera de expresar afecto que con un regalo que representara la riqueza y la calidad de los productos de su reino?

La Real Orden en cuestión detalla con precisión el encargo: nada menos que cuatro arrobas de vino de Málaga y dos de Jerez, ¡y no cualquier vino, sino el de la más exquisita calidad! El rey no escatimó en detalles, asegurándose de que el presente fuera digno de una infanta. Este dato nos habla no solo del aprecio del monarca por su hija, sino también de la importancia que ya entonces tenían los vinos de Jerez y Málaga, reconocidos por su excelencia en toda Europa.

De Cádiz a la Toscana: Una travesía con historia

El documento también especifica la ruta que debía seguir el preciado cargamento. El envío se realizaría por vía marítima desde el puerto de Cádiz, una ciudad con una larga tradición comercial y un enclave estratégico para el comercio con Italia. El destino final era el puerto de Liorna (Livorno), en la Toscana, o, en su defecto, el de Génova. En ambos casos, ministros de la corona se encargarían de recibir el envío y hacerlo llegar a su destinataria final.

Este detalle nos permite vislumbrar la complejidad logística de la época. El transporte marítimo, aunque crucial para el comercio, no estaba exento de riesgos. Las inclemencias del tiempo, los peligros de la piratería y las largas travesías hacían que cada envío fuera una aventura en sí misma. Sin embargo, la importancia del regalo justificaba el esfuerzo y la planificación.

María Luisa de Borbón: Una vida entre Cortes

La destinataria de este regio presente, María Luisa de Borbón, tuvo una vida digna de una novela. Hija de Carlos III, se convirtió en Gran Duquesa de Toscana al contraer matrimonio con Leopoldo II. Posteriormente, su vida daría un giro aún mayor al convertirse en Emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico. Su correspondencia y los documentos que la vinculan con su familia, como esta Real Orden, nos ofrecen una ventana fascinante a la vida de las cortes europeas del siglo XVIII.

Este hallazgo en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz no es solo un documento polvoriento; es una cápsula del tiempo que nos conecta con nuestro pasado de una manera tangible. Nos permite imaginar la vida en la corte, el comercio de la época y el valor de los productos de nuestra tierra. La próxima vez que disfruten de una copa de Jerez o Málaga, recuerden esta historia y el viaje que estos vinos hicieron hace más de dos siglos para deleitar a una infanta. ¡Salud!