Descubre la historia y evolución de la zambomba, una tradición navideña en Andalucía. Desde sus orígenes en el siglo XVIII hasta su revitalización en los años ochenta, la zambomba ha sido parte fundamental de la cultura popular y el flamenco en la región.
- La Zambomba (I): un viaje al corazón de la Navidad andaluza. Descubre el interés etnológico detrás de esta tradicional celebración, donde la música, la gastronomía y las costumbres se entrelazan en una fiesta única
- La Zambomba (II): tradición, fusión y diversidad. Un viaje por la evolución de esta celebración navideña, desde sus orígenes hasta la actualidad
- La Zambomba (III): descubre cómo el flamenco ha enriquecido esta tradición y cómo los jerezanos han mantenido viva esta costumbre durante siglos
- La Zambomba (IV): un legado musical y social. Analizamos su evolución histórica y el impacto en nuestra identidad cultural
- La Zambomba (V): un legado que perdura. Manifestación cultural reconocida como Bien de Interés Cultural, es un tesoro que debemos preservar
¿De dónde viene la zambomba?
Los orígenes de la zambomba no están documentados. De forma generalizada se mantiene que estas reuniones han venido celebrándose desde finales del siglo XVIII en el ámbito urbano y rural de la campiña jerezana, aunque no se han encontrado evidencias documentales que así lo atestigüen. La celebración de estas reuniones navideñas en la primera mitad del siglo XX son ya profusamente referenciadas en los testimonios orales recogidos tanto en Arcos de la Frontera como en Jerez de la Frontera.
La incorporación desde los inicios del siglo XX del villancico andaluz al repertorio de artistas flamencos vino a enriquecer estilística y musicalmente todo este corpus a la vez que favoreció la fijación de determinados modelos y cánones interpretativos. La tradición romancística de las celebraciones navideñas bajo andaluzas servía de inspiración a los cantes por bulerías de estos intérpretes, con los que el villancico consiguió mayor proyección y divulgación. La nómina de artistas flamencos que ha cultivado este repertorio de inspiración navideña es interminable y se extiende hasta la actualidad.
Desde finales de la década de los cincuenta se venían produciendo, no obstante, una serie de cambios socioeconómicos que alterarían profundamente las formas de vida y los modelos de habitabilidad en los que se sustentaba esta actividad cultural, alterándose los modos de sociabilidad vecinal, y por ende la actividad cultural que nos ocupa, al desaparecer el espacio de reunión y convivencia que brindaba el patio. Alcanzando en la década que va de 1965 a 1975 los niveles más bajos de celebración de zambombas.
No resurgirán estas fiestas de Nochebuena hasta la década de los ochenta del siglo pasado con la construcción del Estado de las Autonomías, generando un proceso de revitalización de la cultura popular que venía auspiciado en gran medida por las reivindicaciones identitarias de las emergentes comunidades autónomas. Este fenómeno de reinvención cultural tuvo una notable incidencia en Andalucía pues su reconocimiento como región histórica demandaba renovados resortes simbólicos para la identificación de la naciente ciudadanía andaluza. El Flamenco, marcador identitario de profundo calado en nuestro territorio, y otros rituales y festividades afines a él, fueron revitalizados o creados ex novo como consecuencia de esta dinámica, a finales de la década de los setenta del siglo XX.
La Navidad Jerezana experimentó un proceso de “retradicionalización selectiva” que tuvo en la Cátedra de Flamencología de Jerez a su principal impulsor, junto con la implicación de las peñas flamencas, reelaborando el repertorio e impulsando este proceso de reinvención cultural afín a la estética neojondista que relegaba a un segundo plano al folklore y fomentaba la “patrimonialización flamenca” de la zambomba. Es a partir de este momento cuando se generaliza la denominación de zambomba y su celebración empieza a extenderse a otras parcelas del creciente tejido asociativo y del mundo empresarial -principalmente hostelero- de la comarca. De las peñas flamencas pasaron a finales de los ochenta a asociaciones y colectivos sociales, vecinales, culturales, religiosos, benéficos, hasta insertarse, ya en los noventa, en las políticas de instituciones públicas y en las estrategias comerciales de empresas de la más variada naturaleza.
En Arcos el fenómeno de revitalización fue bien distinto. La tradición navideña no acusó una crisis tan marcada como la que sufrió Jerez: la oralidad y las formas rituales en ellas inspiradas tuvieron mayor continuidad. Las depositarias de esta tradición encontraron en las asociaciones de mujeres y en las redes de sociabilidad que se empezaban a generar en los emergentes ámbitos residenciales nuevos contextos para la actualización de todo este legado lírico-musical que aún estaba latente en sus memorias. La labor de investigadores, determinados poetas locales y otros agentes sociales contribuyó también de forma decisiva a la revalorización y salvaguarda de las zambombas arcenses.
Bibliografía: Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, de la zambomba.
Fotografía: Crónica, 1935. Fotografía de Videa © 2013-2015 Eduardo Valero García – HUM 013-027 RECUPAPEL ESP NAVIDAD © 2013-2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325
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