El Centro Histórico de Jerez, en guerra contra el ruido: Vecinos se enfrentan a una plaga de bares ilegales que amenaza su calidad de vida. ¿Responderán las autoridades antes de que sea demasiado tarde?

Bares sin licencia generan caos en el Centro Histórico

La tranquilidad del Centro Histórico de Jerez de la Frontera se ve perturbada por una problemática que afecta directamente a la calidad de vida de sus vecinos: la proliferación de bares sin licencia de apertura o sin licencia de terraza, instalados en las inmediaciones de sus domicilios. Una situación que, según denuncian los afectados, persiste desde hace meses ante la inacción de las autoridades competentes.

Una situación que clama al cielo: la doble vara de medir

La indignación vecinal se centra en la aparente impunidad con la que operan estos establecimientos. Los vecinos se preguntan con ironía: “¿Os imagináis los titulares? A varios delegados del Gobierno de Jerez les instalan varios bares junto a sus domicilios, sin licencias de apertura o sin licencia de terraza. No daríamos crédito!!!”. Esta reflexión pone de manifiesto la sensación de que existe una doble vara de medir, donde los ciudadanos de a pie no gozan de la misma protección que los representantes políticos.

Denuncias reiteradas y oídos sordos: la desprotección ciudadana

Los vecinos afectados aseguran haber presentado múltiples denuncias ante el departamento de Urbanismo y la Policía Local, sin obtener una respuesta efectiva. Algunos de estos locales incluso han sido objeto de cierres previos por parte de Urbanismo, pero, según denuncian los vecinos, vuelven a abrir sus puertas al público sin que se tomen medidas contundentes. Esta situación genera una profunda sensación de desamparo y desconfianza en las instituciones.

El miedo se apodera del vecindario: amenazas y terror

La problemática no se limita a las molestias generadas por el ruido y la actividad de los bares. Los vecinos denuncian haber recibido amenazas, lo que ha generado un clima de temor y terror en el vecindario. “Vamos que si a la alcaldesa le montan un bar al lado de su puerta sin licencia ni nada, con apertura del mismo más allá de las tres de la madrugada, que iba a durar muy poco. Pero claro al ser como somos unos ciudadanos de a pie…”, comenta un vecino afectado, reflejando la impotencia que sienten ante esta situación.

El derecho al descanso vulnerado: permisos vecinales ignorados

Otro aspecto que indigna a los vecinos es la falta de consulta previa a la hora de otorgar licencias para la instalación de este tipo de establecimientos. “Yo tenía entendido que antes de montar un bar junto a tu casa deben de tener el permiso de los vecinos. A nosotros nadie nos ha notificado nada, ni por supuesto, mucho menos, lo hemos autorizado”, afirma otro residente, poniendo en entredicho la legalidad de la situación.

La necesidad de una actuación urgente: restablecer el orden y la tranquilidad

La situación descrita exige una actuación urgente por parte de las autoridades competentes. No se trata de demonizar al sector de la hostelería, sino de garantizar el cumplimiento de la legalidad y el respeto al derecho al descanso de los vecinos. Es fundamental que se investiguen las denuncias presentadas, se apliquen las sanciones correspondientes a los establecimientos que operan sin licencia y se restablezca el orden y la tranquilidad en el Centro Histórico.

En resumen

• Vecinos del Centro Histórico de Jerez denuncian la proliferación de bares sin licencia cerca de sus viviendas.
• Aseguran haber presentado múltiples denuncias ante Urbanismo y la Policía Local sin obtener soluciones.
• Algunos locales han sido cerrados previamente, pero vuelven a abrir.
• Los vecinos denuncian amenazas y se sienten desamparados y temerosos.
• Cuestionan la falta de consulta vecinal para la concesión de licencias.
• Exigen una actuación urgente de las autoridades para restablecer el orden y garantizar su derecho al descanso.

Este artículo busca dar voz a los vecinos afectados y poner de manifiesto una problemática que requiere una solución inmediata. La convivencia entre el ocio y el descanso es posible, pero siempre dentro del marco de la legalidad y el respeto mutuo.