
Un documento cifrado, custodiado durante décadas en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, ha emergido para arrojar luz sobre un episodio poco conocido de la dictadura: la visita secreta de Franco a Cádiz en 1958.

Este expediente, parte del Fondo del Gobierno Civil, revela el férreo control y la labor de vigilancia que se activaban cada vez que Franco visitaba la provincia, incluso en lo que oficialmente se consideraba un viaje «privado». La documentación, encriptada con una clave especial, detalla cada movimiento del dictador y su esposa durante una semana dedicada a la caza.
La clave «España, Grupo B»: un control exhaustivo de la visita secreta de Franco a Cádiz

El expediente está formado por una serie de comunicaciones codificadas entre el Gobierno Civil y las diferentes fuerzas de seguridad de la época —Guardia Civil, Policía Armada y de Tráfico—, así como con la Dirección General de Seguridad en Madrid. El cifrado, conocido como «España, Grupo B», utilizaba una clave de sustitución mixta donde cada letra era reemplazada por un grupo de tres dígitos, lo que hacía su descifrado especialmente complejo.

Estos documentos permitieron reconstruir, al menos en parte, el viaje del 1 al 7 de noviembre de 1958. El primer telefonema cifrado del expediente informa de la salida de Franco desde Madrid con destino a El Puerto de Santa María, donde se alojó en la casa de los Señores de Terry.

Este fue solo el inicio de un detallado seguimiento que documentaba cada minuto del dictador. Las comunicaciones eran constantes. Se informaba a Madrid de la hora exacta de la entrada de Franco en la provincia, a las 19:40h del 1 de noviembre, casi diez horas después de su partida. Este exhaustivo control se mantenía a lo largo de toda su estancia, y cada uno de los movimientos durante la visita secreta de Franco a Cádiz quedaba registrado.
Cacerías y movimientos: la agenda «privada»
Del 1 al 4 de noviembre, la rutina diaria del matrimonio Franco quedaba reflejada en las anotaciones. La Policía Armada y la Guardia Civil detallaban las salidas del dictador desde El Puerto de Santa María hacia la Finca «El Pedroso», donde se dedicaba a su pasión por la caza. Como se conoce, Franco era un ávido cazador, una actividad que, según sus propias palabras a José María Pemán, le ayudaba a «resistir todo esto». Su gusto por la caza en la provincia ya estaba documentado en al menos otra visita secreta de Franco a Cádiz en 1955.

El control de los movimientos no se limitaba al dictador. También se reflejaba la agenda de su esposa, Carmen Polo de Franco, cuyos desplazamientos a la ciudad de Cádiz y a otros puntos de la red viaria eran vigilados minuciosamente. A partir del 4 de noviembre y hasta el día 7, Franco se trasladó a la finca «Las Lomas», propiedad de la familia Mora Figueroa, cerca de la antigua Laguna de la Janda, un lugar idóneo para la caza de perdices y faisanes.

Los documentos que cierran el expediente registran la hora exacta de su partida de la provincia: las 11:30h del 7 de noviembre. Para finalizar, el Gobierno Civil remitió otro telefonema cifrado a Madrid, confirmando su salida y el cierre de la operación de seguridad que rodeó esta visita secreta de Franco a Cádiz.
Este expediente ofrece una ventana única a la meticulosidad del aparato de seguridad del régimen, que no dejaba nada al azar, ni siquiera durante un viaje que, en teoría, era de ocio.


Fuente
Un documento cifrado en el Gobierno Civil de Cádiz
La visita privada de Franco a la provincia
https://www.juntadeandalucia.es/cultura/archivos_html/sites/default/contenidos/archivos/ahpcadiz/documentos/DM0114.pdf
Autor: Santiago Saborido Piñero
Archivo Histórico Provincial de CádizFotografías © Archivo Histórico Provincial de Cádiz