Descubre los secretos de la Calle Cabezas de Jerez, una vía ancestral cuyo nombre evoca historias de nobles familias, conquistadores y misteriosas esculturas. Exploramos las fascinantes teorías sobre su origen.

La calle Cabezas, serpenteante arteria incrustada en el corazón del casco antiguo de Jerez de la Frontera, se erige como un testimonio silencioso del rico tapiz histórico que define a esta ciudad andaluza. Caminar por sus adoquines es como retroceder en el tiempo, sintiendo el eco de generaciones pasadas que dejaron su impronta en cada rincón. Su nombre, a primera vista sencillo y directo, encierra un laberinto de interrogantes que han mantenido ocupados a historiadores y curiosos durante siglos. ¿De dónde proviene esta peculiar denominación? ¿Qué personajes o acontecimientos sellaron para siempre su identidad? En este extenso recorrido, nos adentraremos en las profundidades de las teorías más plausibles, desvelando la fascinante historia que se esconde tras el nombre de la calle Cabezas de Jerez.

Un primer vistazo documental: El siglo XVI y el despertar de la curiosidad

El primer indicio documental que sitúa la existencia de la calle Cabezas nos traslada hasta el 9 de mayo de 1594. Esta fecha, grabada en algún archivo polvoriento, marca el punto de partida de nuestra investigación, el primer eslabón de una cadena de preguntas que nos invitan a explorar los siglos precedentes. Este hallazgo inicial no solo confirma la antigüedad de la vía, sino que también enciende la chispa de la curiosidad: ¿qué circunstancias llevaron a que, en ese momento preciso, se registrara por primera vez este nombre? ¿Existía ya con anterioridad bajo otra denominación? Estas son solo algunas de las incógnitas que surgen al analizar este primer testimonio escrito.

Para comprender la génesis del nombre de una calle, es fundamental contextualizarla dentro del entramado social, económico y cultural de la época. Jerez en el siglo XVI era una ciudad pujante, con una nobleza influyente y una actividad comercial en auge. Las calles no eran meros espacios de tránsito, sino también lugares de encuentro, de residencia de familias importantes y, en muchos casos, reflejo de la identidad y el poder de sus habitantes. Por ello, la denominación de una calle podía estar ligada a diversos factores, desde la presencia de un edificio emblemático o un negocio destacado, hasta el apellido de una familia noble que poseía propiedades significativas en la zona. En el caso de la calle Cabezas, varias hipótesis han surgido a lo largo del tiempo, intentando desentrañar el misterio de su nombre.

Las cabezas en la arquitectura: ¿Un origen ornamental?

Una de las teorías más visuales y sugerentes vincula el nombre de la calle con elementos arquitectónicos singulares: la presencia de esculturas de cabezas adornando las fachadas de algunas de las casas señoriales que allí se erigían. Esta hipótesis se basa en la costumbre, relativamente extendida en la época, de decorar las viviendas de familias nobles con elementos heráldicos o representaciones simbólicas que reflejaran su linaje o sus logros. La existencia de estas cabezas esculpidas, visibles para los transeúntes, podría haber actuado como un referente popular, llevando a que la calle fuera conocida por esta característica distintiva.

Si bien no se conservan testimonios directos de estas esculturas en la calle Cabezas en la actualidad, la presencia de elementos decorativos similares en otras partes de Jerez sugiere que esta práctica no era ajena a la ciudad. Investigaciones más profundas en archivos históricos o incluso la revisión de planos antiguos podrían arrojar luz sobre la existencia de estas cabezas y su posible conexión con el nombre de la calle. Esta teoría, aunque carece de una prueba documental irrefutable, resulta atractiva por su sencillez y su conexión directa con el paisaje urbano.

El legado de los Cabeza de Vaca: Una familia noble con raíces jerezanas

La hipótesis que goza de mayor respaldo y que ha sido objeto de numerosas investigaciones es la que relaciona el nombre de la calle Cabezas con la influyente familia Cabeza de Vaca. Este linaje, originario de la región, dejó una huella imborrable en la historia de Jerez, tanto por sus destacadas figuras como por su presencia en la vida social y política de la ciudad.

Calle Cabezas
Alvar Núñez Cabeza de Vaca | imagen generada con IA

La figura más emblemática de esta familia es, sin duda, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, el célebre explorador y conquistador cuyo espíritu aventurero lo llevó a protagonizar una increíble travesía por el continente americano en el siglo XVI. Aunque su vida estuvo marcada por sus viajes y descubrimientos, la familia Cabeza de Vaca tenía sólidas raíces en Jerez, y sus descendientes continuaron desempeñando un papel relevante en la vida local.

Una de las posibilidades que se barajan es que la familia Cabeza de Vaca poseyera propiedades significativas en esta calle, lo que habría llevado a que popularmente se la conociera por su apellido. La presencia de una familia noble y destacada en una determinada vía era un factor común que influía en la denominación de las calles en la época.

Otra línea de investigación sugiere que el nombre podría derivar de un Alvar Núñez Cabeza de Vaca anterior, empleado en la Armada de Castilla, quien se estableció en Jerez a mediados del siglo XIV tras casarse con Teresa Vázquez de Meyra. Su posterior entierro en la actual Catedral de Jerez subraya la importancia de esta rama de la familia en la historia temprana de la ciudad. La coincidencia de apellidos y la presencia de esta familia en Jerez en una época cercana al primer registro escrito de la calle hacen que esta hipótesis sea particularmente plausible.

Un obispo y cinco hermanas: Una historia de devoción y linaje

La figura del Obispo de Cotrona, en Nápoles, Juan Cabeza de Vaca, que vivió entre finales del siglo XVI y principios del XVII, añade otra capa de complejidad a la historia del nombre de la calle Cabezas. Hijo de Alvar Núñez Cabeza de Vaca (Alcaide de la Nobleza jerezana en 1589) y de Catalina de Torres Bazán, su existencia plantea interesantes interrogantes sobre la posible conexión de la familia con esta vía.

La hipótesis que sugiere el historiador Parada es especialmente intrigante. Catalina de Torres Bazán podría haber procedido de las familias Torres y Gaitanes, que eran vecinos de esta misma calle. Si los Cabeza de Vaca también residían en la zona, esta proximidad podría haber propiciado el noviazgo y posterior matrimonio entre Alvar Núñez Cabeza de Vaca y Catalina, cuyo fruto fue el obispo Juan y cinco hermanas más.

Según Parada, estas cinco hermanas ingresaron en el Convento del Espíritu Santo y adoptaron el apellido Cabezas, omitiendo el Núñez. Esto llevó a que popularmente se las conociera como «las Cabezas». La cercanía temporal entre el año en que Alvar Cabeza de Vaca fue Alcaide de la Nobleza y la primera aparición del nombre calle Cabezas en las actas del Consejo refuerza esta teoría, sugiriendo que la presencia y la notoriedad de estas seis hermanas podrían haber contribuido a la denominación de la calle.

Un testimonio de 1580: ¿Huellas de los Cabeza de Vaca Dávila?

Un documento datado el 18 de agosto de 1580, perteneciente a unos autos ejecutivos entre Francisco de Casas y Garci-Pérez Rendón, menciona a un Albar Núñez Cabeza de Vaca Dávila, vecino de la collación del Salvador. Este personaje podría ser el mismo Alcaide de la Nobleza de 1539 mencionado anteriormente, o quizás otro miembro de la familia. Su residencia en la collación del Salvador, aunque no directamente en la calle Cabezas, plantea la posibilidad de que él o algún pariente cercano hubiera vivido en la zona, influyendo en la denominación de la vía.

La investigación realizada en algunas casas de la collación del Salvador sugiere que este Albar Núñez Cabeza de Vaca Dávila podría haber residido en la calle de Cazorla. En una antigua finca ubicada en una esquina de esta calle, se conservaba hasta principios del siglo XX una portada con un friso adornado con dos cabezas de vaca. Aunque la casa fue derribada en 1895, la puerta se mantuvo en pie, sirviendo como un recordatorio de la posible presencia de la familia Cabeza de Vaca en esta zona cercana a la calle Cabezas.

Es significativo que hasta finales del siglo XIX vivieran en esta casa individuos apellidados Cabeza de Vaca, lo que sugiere una continuidad de la presencia familiar en la zona durante siglos.

Más allá de los Cabeza de Vaca: La pista de Miguel Pérez de las Cabezas

Sin embargo, la historia del apellido Cabezas en Jerez se remonta a tiempos aún más lejanos. El Padre Rallón, en su obra del siglo XV sobre la historia de Enrique IV, cita a un caballero jerezano llamado Miguel Pérez de las Cabezas. Este personaje, o sus descendientes, podrían ser otra posible fuente del nombre de la calle Cabezas. La hipótesis sugiere que Miguel Pérez de las Cabezas podría haber tenido su casa solariega en esta tortuosa vía, siendo conocido por su segundo apellido.

Según los registros, Miguel Pérez de las Cabezas tuvo trece hijos, quienes fueron conocidos simplemente como «los Cabezas». Esta numerosa descendencia y la posible prominencia de la familia en la zona podrían haber llevado a que la calle fuera denominada en su honor, incluso antes de la aparición de las cinco monjas Cabeza de Vaca en el Convento del Espíritu Santo. Esta teoría plantea la posibilidad de que el nombre de la calle tenga un origen anterior al siglo XVI, vinculado a una rama diferente de la familia Cabezas.

La Calle Cabezas hoy: Un legado vivo en el corazón de Jerez

Calle Cabezas
Calle de las Cabezas. Agosto 2011. ©JerezSinFronteras.es

La calle Cabezas, con su trazado irregular y sus edificios cargados de historia, continúa siendo una arteria vital del centro histórico de Jerez. Más allá de las teorías sobre el origen de su nombre, esta calle representa un vínculo tangible con el pasado de la ciudad, un lugar donde las historias de familias nobles, exploradores y personajes influyentes se entrelazan con la vida cotidiana de sus habitantes.

Recorrer la calle Cabezas es una invitación a la imaginación, a reconstruir mentalmente el Jerez de siglos pasados, a visualizar las casas señoriales, los encuentros y los acontecimientos que tuvieron lugar entre sus muros. Cada adoquín, cada fachada, parece susurrar fragmentos de una historia que aún no ha sido completamente desvelada.

Aunque la verdad definitiva sobre el origen del nombre de la calle Cabezas pueda seguir siendo un misterio, la riqueza de las investigaciones realizadas nos permite apreciar la complejidad y la fascinación que encierra este emblemático rincón de Jerez de la Frontera. Las múltiples teorías, que van desde la presencia de esculturas hasta el legado de las familias Cabeza de Vaca y Pérez de las Cabezas, nos ofrecen diferentes perspectivas sobre la posible génesis de su denominación, enriqueciendo nuestra comprensión de la historia local.

Calle Cabezas
Calle Cabezas ©Ofelia Morales

En definitiva, la calle Cabezas no es solo una vía urbana, sino un enigma histórico que continúa intrigando y fascinando a quienes se adentran en sus secretos. Su nombre, sea cual sea su origen preciso, evoca un pasado lleno de personajes y acontecimientos que han contribuido a forjar la identidad única de Jerez de la Frontera.

Imagen de la cabecera: Calle Cabezas ©Ofelia Morales

¿Quieres ser el primero en enterarte de nuestras novedades? Únete a nuestro canal en Whatsapp, Telegram o al RSS de nuestro boletín digital. y recibe todas nuestras noticias en tiempo real. ¡Te esperamos!