
Descubre el fascinante evento que tuvo lugar el 17 de octubre de 1698 en Jerez: el pleito homenaje de D. Lorenzo Villavicencio por la alcaidía del Real Alcázar. Una inmersión en la historia de la nobleza jerezana y un episodio clave en la vida de la ciudad.
17 de octubre de 1698: El Juramento que selló el destino del Alcázar del Jerez
La historia de Jerez de la Frontera, rica y profunda, es una fuente inagotable de episodios que merecen ser rescatados del olvido. Uno de esos momentos clave se remonta al 17 de octubre de 1698, un día en el que el poder y la herencia se entrelazaron en las majestuosas dependencias del Real Alcázar. Este suceso, documentado en antiguas crónicas, nos ofrece una visión fascinante de la vida de la nobleza local a finales del siglo XVII.
El protagonista principal de esta jornada fue D. Lorenzo Villavicencio, marqués de Casa Villavicencio. El motivo de su comparecencia no fue otro que prestar el solemne pleito homenaje por la herencia del codiciado cargo de Alcaide del Real Alcázar de Jerez. Un pleito homenaje era un juramento de fidelidad y servicio que se realizaba ante una autoridad superior, un acto crucial en el sistema nobiliario de la época para asegurar la posesión de un feudo o un cargo hereditario.
Dos Lorenzos Villavicencio, un mismo cargo
Lo que hace especialmente interesante este episodio es el juego de identidades y títulos nobiliarios que se superponen. D. Lorenzo Villavicencio, marqués de Casa Villavicencio, no estaba asumiendo el cargo como titular permanente, sino que realizaba el juramento para suplir las ausencias de su Alcaide. ¿Y quién era el Alcaide titular? Otro miembro de la misma y poderosa estirpe jerezana: D. Lorenzo de Villavicencio, marqués de Valle Hermoso.
Esta duplicidad de nombres en la misma posición de poder, aunque con funciones distintas (titular y suplente), subraya la influencia que la Casa Villavicencio ejercía sobre la administración y la seguridad de la ciudad. El Alcázar, fortaleza clave y símbolo del poder real en la zona, estaba firmemente en manos de esta familia. Este evento del 17 de octubre de 1698 en Jerez no fue un simple traspaso de poder, sino la confirmación formal de que la herencia del marquesado de Valle Hermoso garantizaba también la alcaidía.
El Alcázar: Testigo de la Historia en el 17 de octubre de 1698 en Jerez El Real Alcázar de Jerez, con su mezcla de arquitectura islámica y cristiana, ha sido el escenario de innumerables acontecimientos a lo largo de los siglos. Desde su origen como fortaleza hasta su uso como residencia nobiliaria y sede administrativa, sus muros han presenciado cambios de dinastías, asedios y, como vemos en este histórico día, solemnes actos burocráticos y nobiliarios.
El acto del pleito homenaje en aquella fecha trascendental aseguraba la continuidad en el gobierno interno de la fortaleza. Para los nobles de la época, la alcaidía no solo representaba prestigio social, sino también control militar y rentas asociadas al mantenimiento de la estructura. Es un ejemplo perfecto de cómo el poder se ejercía a través de redes familiares y acuerdos formales, lejos de las grandes batallas, pero igual de importantes para la vida cotidiana de la ciudad.
El estudio de documentos como el que relata este suceso nos ayuda a entender mejor la estructura social y política de la ciudad de Jerez del Barroco. La fecha del 17 de octubre de 1698 nos recuerda que la historia no solo se escribe con grandes gestas, sino también con la rutina de la administración del poder, un legado que perdura en los archivos y en los cimientos del Alcázar.
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