Un viaje en el tiempo a través del vino: El Archivo Municipal de Jerez custodia un reglamento de viticultores que nos revela cómo se vivía y trabajaba en la ciudad a principios del siglo XX. Un documento que nos habla de valores, comunidad y la importancia del patrimonio cultural.
El reglamento, firmado por el futuro alcalde Manuel Moreno Mendoza, nos transporta a una época donde el vino era mucho más que una bebida
En el corazón del Archivo Municipal de Jerez de la Frontera, en su valiosa Biblioteca Auxiliar, se custodia un documento que nos transporta a una época donde el vino no solo era un producto, sino un pilar fundamental de la vida social y económica de la ciudad. Se trata del centenario «Reglamento para gobierno y régimen interior del Gremio de Viticultores de Jerez de la Frontera«, un texto que, más allá de sus disposiciones legales, revela una profunda visión sobre la ética y la fraternidad en el mundo del vino.
Este reglamento, firmado el 18 de diciembre de 1899 por Manuel Moreno Mendoza –quien posteriormente ejercería como alcalde de Jerez en 1931–, aunque impreso en 1914 por la imprenta «La Idea», ofrece una fascinante mirada a la organización y los valores que regían a los viticultores jerezanos a finales del siglo XIX y principios del XX. No se limita a regular aspectos puramente técnicos o comerciales, sino que se adentra en la esfera moral de sus miembros, estableciendo un código de conducta que priorizaba la armonía y el bien común.
Un análisis del reglamento revela la importancia que se otorgaba al comportamiento ético de los asociados. Artículos como el 11, el 15 y el 45 destacan la relevancia de cualidades como la sobriedad, la concordia y la fraternidad. Se exigía a los miembros del gremio un comportamiento ejemplar, alejándose de la embriaguez y fomentando un espíritu de colaboración y respeto mutuo. Estas disposiciones no eran meras formalidades, sino que reflejaban una concepción del gremio como una comunidad unida por valores compartidos.
El artículo 11 específicamente aborda la necesidad de mantener la armonía entre los miembros, evitando disputas y fomentando la resolución pacífica de conflictos. Se buscaba crear un ambiente de trabajo colaborativo donde primara el entendimiento y el respeto. El artículo 15, por su parte, incidía en la importancia de la sobriedad, considerando la embriaguez como un comportamiento incompatible con la dignidad del gremio. Esta preocupación por la moderación no solo respondía a criterios morales, sino también a la necesidad de mantener la reputación y la seriedad del sector vitivinícola jerezano. El artículo 45, en la misma línea, reforzaba la idea de la fraternidad como un valor esencial dentro del gremio, instando a los miembros a apoyarse mutuamente y a velar por el bienestar colectivo.
Sin embargo, quizás el artículo que mejor resume la filosofía del reglamento es el artículo 46. Este artículo establece que «…que ninguno de sus representados trabaje en condiciones que puedan perjudicar los intereses de los demás asociados«. Esta cláusula revela una profunda conciencia sobre la interdependencia entre los viticultores. Se entendía que el éxito individual estaba intrínsecamente ligado al bienestar del conjunto, y que cualquier acción que pudiera perjudicar a un miembro del gremio, en última instancia, afectaría a todos. Este principio de solidaridad y responsabilidad compartida era la base sobre la que se construía la organización.
La firma de Manuel Moreno Mendoza, un personaje destacado en la historia de Jerez que llegaría a ser alcalde de la ciudad, confiere aún mayor relevancia a este documento. Su participación en la redacción y firma del reglamento subraya la importancia que las autoridades locales otorgaban al gremio de viticultores y a su papel en la economía y la sociedad jerezana.
La impresión del reglamento en 1914, quince años después de su firma, también ofrece una pista interesante. Podría sugerir una reedición o una mayor difusión del texto, quizás debido a cambios en la legislación o a la necesidad de reforzar los valores y principios del gremio en un contexto social y económico en transformación.
Este «Reglamento para gobierno y régimen interior del Gremio de Viticultores de Jerez de la Frontera» no es solo un documento histórico, sino un testimonio vivo de una época donde el vino era mucho más que una bebida. Era un elemento vertebrador de la comunidad, un símbolo de identidad y un motor de desarrollo económico. Su conservación en la Biblioteca Auxiliar del Archivo Municipal permite a las generaciones presentes y futuras conocer y comprender la rica historia del vino de Jerez y el profundo arraigo de sus valores en la cultura local. Este reglamento es una invitación a reflexionar sobre la importancia de la ética, la fraternidad y el bien común en cualquier actividad humana, lecciones que siguen siendo relevantes en el mundo actual. La visita al Archivo Municipal y la consulta de este documento se convierten, así, en un viaje al pasado para comprender mejor nuestro presente.
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