César Pérez Pacheco
Revive la magia de la Familia Telerín, el entrañable programa que durante décadas acompañó a los niños españoles a la hora de dormir. Un viaje a la nostalgia y un análisis de su impacto cultural.
¿Te acuerdas de los Telerín? Un viaje a nuestra infancia
En Jerez de la Frontera, como en tantos otros rincones de España, hay melodías que forman parte de la memoria colectiva. Una de ellas, sin duda, es el pegadizo estribillo que anunciaba el final de la programación infantil: «Vamos a la cama, que hay que descansar». Detrás de esta canción, se encontraba la entrañable Familia Telerín, un clásico de la animación española que ha marcado a varias generaciones.
Un viaje a la nostalgia: Los orígenes de la Familia Telerín
Corría el año 1964 cuando los hermanos Moro, Santiago y José Luis, crearon esta icónica familia. Su propósito era sencillo pero efectivo: ayudar a los padres a que los más pequeños de la casa se fueran a dormir. La Familia Telerín, compuesta por seis hermanos –Cleo, Cuquín, Maripí, Pelusín, Colitas y Tete–, se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural.
Su cortinilla, emitida en Televisión Española, mostraba a los hermanos preparándose para ir a la cama, cantando su famosa canción. Este sencillo gesto se convirtió en un ritual para muchas familias, marcando el final del día y dando paso a la programación adulta. La simplicidad de su mensaje, unida a la pegadiza melodía, hizo que la Familia Telerín trascendiera generaciones, convirtiéndose en un símbolo de la infancia en España.
La canción, con su letra simple y directa –»Vamos a la cama, que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar»–, caló hondo en el imaginario colectivo. No se trataba solo de una canción para ir a dormir; era una invitación al descanso, a la rutina y a la preparación para un nuevo día.
Más allá de la canción: El legado de la Familia Telerín
Pero la Familia Telerín fue mucho más que una simple canción. Representó un momento de transición en la vida de los niños, un puente entre el mundo del juego y el del descanso. Además, transmitió valores importantes como la importancia del sueño, la rutina, la convivencia familiar y el cariño entre hermanos.
En una época donde la televisión comenzaba a ganar terreno en los hogares, la Familia Telerín se convirtió en un referente. No solo cumplía una función práctica, sino que también ofrecía un contenido amable y familiar, alejado de las preocupaciones del mundo adulto. Su impacto fue tal que, incluso hoy en día, personas de todas las edades recuerdan con cariño a estos personajes.
Con el paso del tiempo, la Familia Telerín se ha reinventado, adaptándose a los nuevos tiempos. Han surgido nuevas versiones, como la serie «Cleo & Cuquín», que han mantenido vivo el espíritu original, atrayendo a nuevas generaciones de niños. Este resurgir demuestra la vigencia de un concepto que supo conectar con el público infantil de una manera única.
En Jerez, como en el resto del país, la Familia Telerín forma parte de nuestra historia. Un recuerdo entrañable que nos transporta a nuestra infancia y nos recuerda la importancia del descanso y la familia. Un clásico que, a pesar del tiempo, sigue vivo en nuestra memoria. La Familia Telerín es un pedacito de la historia de la televisión en España, un legado que sigue resonando en el corazón de muchos.
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