
Jerez innova: ¡A circular a compás! El barrio de Santiago estrena señales de tráfico que invitan a conducir al ritmo del flamenco, un guiño único a la identidad jerezana.
Jerez, un referente en movilidad sostenible y cultural. Las señales que invitan a conducir «a compás» son una muestra de ello
Las calles del barrio de Santiago, en Jerez de la Frontera, han recibido un toque distintivo y profundamente simbólico: unas nuevas señales de tráfico que no solo recuerdan el límite de velocidad de 20 kilómetros por hora, sino que además invitan a circular «a compás». Este guiño cultural, que a primera vista podría parecer una curiosidad local, encierra una propuesta innovadora y poderosa sobre cómo el espacio urbano puede dialogar con la identidad de una comunidad.
Es imposible hablar del barrio de Santiago sin mencionar el flamenco. Cuna de artistas inmortales y hogar de un compás que resuena más allá de sus fronteras, esta zona de Jerez late al ritmo del arte y la tradición. Por eso, esta original iniciativa no solo es una medida de seguridad vial, sino también un homenaje a la esencia de su gente.
Ubicadas en puntos como la calle de la Merced o la entrada a la calle Nueva, las señales son un recordatorio constante de que en Santiago no se corre: se pasea, se siente, se vive. Y qué mejor forma de hacerlo que «a compás», esa expresión tan jerezana que implica equilibrio, armonía y respeto. La convivencia en un barrio con calles estrechas y un gran valor patrimonial necesita precisamente de esa actitud pausada y consciente.
Por supuesto, detrás de esta intervención también hay un mensaje pragmático. Reducir la velocidad en entornos urbanos no solo disminuye los riesgos de accidentes, sino que también mejora la calidad de vida de los vecinos, al reducir el ruido y las emisiones contaminantes. Pero lo que hace especial a esta iniciativa es cómo consigue que una normativa se transforme en una expresión cultural.
No faltan quienes podrían considerar estas señales como una excentricidad o incluso una distracción. Sin embargo, en un mundo donde las ciudades tienden a parecerse cada vez más entre sí, detalles como este aportan un carácter único y refuerzan el sentido de pertenencia. Estas señales son, en esencia, una forma de decir: «Este lugar tiene alma, historia y personalidad».
El reto ahora es que conductores y peatones entiendan y respeten esta invitación a circular «a compás». Porque no se trata solo de reducir la velocidad, sino de adoptar una manera diferente de moverse por la ciudad, más conectada con su ritmo y sus valores.
El barrio de Santiago nos recuerda, con esta iniciativa, que la movilidad también puede ser una expresión de nuestra identidad. Que al igual que en el flamenco, la clave no está en la prisa, sino en el compás. Ojalá pronto veamos más barrios y ciudades inspirándose en este modelo, donde la seguridad, la cultura y el respeto se entrelazan para construir espacios urbanos verdaderamente vivos.