Narcolanchas en Jerez de la Frontera: El peligroso negocio del combustible que acecha la ciudad

Peligro en Jerez: cae red de combustible para narcolanchas en Jerez de la Frontera. 6 detenidos y riesgo explosivo.

¿Hasta cuándo vamos a permitirlo? Bombas de relojería en nuestras naves: el rastro de las narcolanchas en Jerez de la Frontera

Es indignante. No hay otra palabra para describir lo que está sucediendo en nuestras propias barbas. Mientras los ciudadanos de a pie intentamos llevar una vida tranquila, las mafias del narcotráfico han decidido que nuestras zonas industriales son el garaje perfecto para sus actividades criminales. La reciente operación de la Guardia Civil en Jerez de la Frontera no es solo una noticia policial más; es un síntoma alarmante de una enfermedad que está echando raíces en nuestra tierra.

La Guardia Civil de Cádiz ha asestado un golpe a una «guardería» logística, pero lo que han encontrado pone los pelos de punta: más de 3.600 litros de combustible destinados a las EAV (Embarcaciones de Alta Velocidad). Sí, las famosas narcolanchas que siembran el caos en nuestras costas se alimentan aquí mismo, en el corazón de Jerez.

Un polvorín a la vuelta de la esquina

¿Somos conscientes del peligro real? Estamos hablando de una nave industrial donde se almacenaban 144 garrafas llenas y otras 160 listas para ser cargadas. Esto no es solo contrabando; es una amenaza pública. Almacenar tal cantidad de sustancias inflamables sin ningún tipo de medida de seguridad, en furgonetas que circulan por nuestras carreteras y en naves pegadas a otros negocios, es jugar con la vida de los jerezanos.

Seis individuos han sido detenidos y, afortunadamente, ya duermen en prisión. Se les acusa de contrabando, pertenencia a organización criminal y —atención a esto— tenencia de sustancias explosivas o inflamables. No son «transportistas», son piezas de un engranaje criminal que desprecia la seguridad de todos por unos cuantos billetes manchados de droga.

El «modus operandi»: Descaro total

La impunidad con la que operaban estas redes es pasmosa. Las Áreas de Investigación de Jerez y Chipiona interceptaron una furgoneta saliendo de una nave con las manos en la masa. Dentro, el botín de la muerte: miles de litros de gasolina para alimentar la maquinaria del narco.

Resulta intolerable que nuestras zonas industriales se conviertan en estaciones de servicio clandestinas para el crimen organizado. El narcotráfico ya no se queda solo en la playa; se mete en nuestras ciudades, alquila naves, mueve furgonetas y pone en riesgo a cualquier trabajador o vecino que tenga la mala suerte de estar cerca si una de estas «bombas de combustible» llega a deflagrar.

Consejos de seguridad: Cómo actuar ante la sospecha

Como ciudadanos, no podemos mirar hacia otro lado. La seguridad de nuestros barrios depende de la colaboración. Aquí te dejamos unos consejos vitales si sospechas de actividades relacionadas con las narcolanchas en Jerez de la Frontera:

• Identifica movimientos extraños: Si ves naves industriales con actividad inusual en horarios intempestivos, o furgonetas que cargan y descargan garrafas de forma constante y discreta, sospecha.

• El olor es una señal: El almacenamiento masivo de gasolina desprende un olor químico fuerte y persistente. Si detectas este aroma en zonas donde no debería haber combustibles, informa a las autoridades.

• No intervengas nunca: Estas organizaciones son peligrosas y, como se ha visto en esta operación, están dispuestas a todo. Tu seguridad es lo primero.

• Denuncia de forma anónima: La Guardia Civil y la Policía Nacional disponen de canales confidenciales. No necesitas ser un héroe, solo un ciudadano responsable.

• Exige mayor vigilancia: Es necesario presionar a las instituciones para que los controles en polígonos industriales sean más estrictos. No queremos más «guarderías» logísticas cerca de nuestros hogares.

Es hora de decir basta. El narcotráfico es un cáncer que corroe la sociedad, y permitir que sus infraestructuras se asienten en ciudades como Jerez es un error que podríamos pagar muy caro. Gracias al impecable trabajo del Instituto Armado, hoy hay 3.600 litros menos de combustible alimentando la delincuencia, pero la vigilancia no puede bajar.