Descubre la Queimada, una bebida mágica gallega con brandy de Jerez que ahuyenta los malos espíritus y calienta el alma.
Un brebaje ancestral con un toque jerezano
La Queimada es una bebida tradicional gallega con una historia que se remonta a tiempos ancestrales. Su origen se vincula a los rituales celtas, donde se creía que el fuego y el orujo, el aguardiente local, ahuyentaban a los malos espíritus y purificaban el cuerpo y el alma.
Con el paso del tiempo, la receta de la Queimada ha ido evolucionando, incorporando nuevos ingredientes como el azúcar, la piel de limón y, en algunas regiones, un toque especial: el brandy de Jerez. Este destilado español aporta a la Queimada un aroma y sabor únicos, enriqueciendo su carácter místico y acogedor.
Encendiendo los espíritus con la Queimada
Preparar una Queimada es un ritual en sí mismo. Se reúne a la familia y amigos alrededor de un cuenco de barro, conocido como «poticheira», y se procede a encender el brandy de Jerez. Las llamas danzan mientras se recita un conjuro ancestral, creando una atmósfera mágica y misteriosa.
A medida que el alcohol se calienta, se añade azúcar, piel de limón y, a veces, café. La mezcla se remueve con una cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelve y el líquido adquiere un tono dorado intenso. Finalmente, se flambea la superficie para crear un espectáculo de fuego que simboliza la purificación y la protección.
Un sabor que calienta el cuerpo y el alma
La Queimada se sirve caliente, en tazas de barro individuales. Su sabor es dulce, con toques cítricos y un fondo cálido y especiado gracias al brandy de Jerez. Es una bebida ideal para disfrutar en las frías noches de invierno, ya que calienta el cuerpo y reconforta el alma.
Además de su sabor y propiedades mágicas, la Queimada es también una forma de compartir tradiciones y fortalecer lazos familiares y de amistad. Es un símbolo de la cultura gallega y una experiencia única que merece ser vivida por todos aquellos que buscan conectar con sus raíces y disfrutar de un momento mágico y acogedor.
Conjuro de la Queimada Jerezana
¡Pa’ajuyentar a los malos espíritus esta noche de San Juan!
Juntas las brujas se han juntao,
con búhos, lechuzas y sapos encantaos.
Demonios, duendes y diablos también,
espíritus de vegas en niebla envueltas que ven.
Cuervos, salamandras y hechiceras,
gato negro erguido con su rabona fiera.
Hechizos de curanderas de poder,
leños agujereados, hogar de alimañas que van a arder.
Fuego de la Santa Compaña a alumbrar,
mal de ojo y maleficios pa’ disipar.
Hedor de muertos, truenos y rayos que retumban,
hocico de sátiro y pata de conejo que brincan.
Ladrido de zorro, rabo de marta que se agita,
aullido de perro, muerte que se anuncia.
Lengua pecadora de mala mujer,
casada con viejo, que la hace padecer.
Averno de Satán y Belcebú a rugir,
fuego de cadáveres que van a morir.
Fuegos fatuos de San Silvestre a brillar,
cuerpos mutilados de indecentes que van a penar.
Pedos de culos infernales que apestan,
rugido del mar embravecido que asusta.
Naufragios que se avecinan, sin remedio,
vientre estéril de mujer soltera, sin requiebro.
Gatos maullando en celo sin parar,
cabra mal parida con melena sucia, sin brillar.
Castrón con cuernos retorcidos, sin poder,
que en esta queimada se van a freír.
Con este cazo,
las llamas del infierno voy a alzar.
Las brujas purificadas van a quedar,
de sus maldades se van a librar.
Huirán en escobas volando sin cesar,
pa’l mar de Finisterre se van a tirar.
¡Escuchen! ¡Escuchen estos rugidos que dan miedo!
Son las brujas purificándose en fuego ardiente.
Y cuando este brebaje delicioso bebamos,
de los males del alma nos libraremos.
Maleficios y espíritus se irán,
con las fuerzas del aire, tierra, mar y fuego que invocamos.
¡Oh, fuerzas poderosas!
Escuchen nuestra plegaria.
Limpien la tierra de maldad y pena,
y que los espíritus de los amigos que ya no están,
compartan con nosotros esta queimada.