Descubre una emotiva anécdota publicada en 1875 sobre la visita de Alfonso el Sabio a Diego Pérez de Vargas en Jerez. Esta historia resalta la humildad y el carácter cercano del rey Alfonso el Sabio, así como el valor y la dedicación del caballero. Una reflexión sobre el liderazgo y la humanidad que nos transporta a la España medieval.
Un encuentro inesperado
El 15 de enero de 1875, “El Periódico para Todos” de Madrid publicó una intrigante anécdota sobre la visita que hizo Alfonso el Sabio a Diego Pérez de Vargas en Jerez de la Frontera. La historia nos transporta al reinado de Don Fernando el Santo, cuando Diego Pérez de Vargas era conocido por su gran valor.
La curiosidad del rey
Don Alfonso el Sabio, deseoso de conocer a tan afamado caballero, decidió disfrazarse y, acompañado de su servidumbre, se dirigió a Jerez de la Frontera, donde vivía el anciano Diego Pérez de Vargas. Al llegar, preguntó por él y le indicaron que estaba en una viña cerca de la ciudad.
Un momento emotivo
Don Alfonso fue en busca de Pérez de Vargas y al entrar en la viña, lo vio podando vides. El rey se apeó del caballo y mandó a sus caballeros que se escondieran. Él mismo se colocó detrás de Vargas y comenzó a recoger los sarmientos que el caballero iba cortando. Al sentir el ruido, Pérez de Vargas volteó y, reconociendo al rey, se echó a sus pies, derramando lágrimas de alegría. Conmovido, exclamó: – ¡Señor! ¿Qué hace vuestra majestad? A lo que Alfonso le respondió con una sonrisa: – Ayudarte en el trabajo que has empezado, pues a tal podador tal sarmentador.
Reflexión final
Esta anécdota no solo resalta la humildad y el carácter cercano del rey Alfonso X el Sabio, sino también la profunda admiración y respeto que sentía hacia aquellos que demostraban verdadero valor y dedicación. Es una historia que nos invita a reflexionar sobre el liderazgo y la humanidad.
