La Feria de Jerez busca un nuevo rumbo. Una consulta ciudadana, con una participación por debajo de lo esperado, ha puesto sobre la mesa la necesidad de replantear esta celebración. ¿Cómo afectará esta redefinición a una de las fiestas más queridas por los jerezanos?
La Feria del Caballo de Jerez de la Frontera, un evento emblemático que cada año atrae a miles de visitantes, está en el punto de mira de una profunda transformación. El Ayuntamiento de la ciudad ha puesto en marcha un proceso de consulta pública para reformar la ordenanza municipal que regula esta fiesta, con el objetivo de adaptarla a las necesidades actuales y a las demandas de los ciudadanos. Sin embargo, los resultados de esta consulta han revelado una participación ciudadana sorprendentemente baja.
Una participación tímida
A pesar de la importancia de la Feria del Caballo para la ciudad y de la oportunidad que ofrecía esta consulta para influir en su futuro, solo un pequeño porcentaje de los jerezanos ha querido aportar sus ideas. De los más de 213.000 habitantes, apenas 51 personas han rellenado el formulario correspondiente. Esta escasa participación plantea interrogantes sobre el interés real de los ciudadanos por participar en la toma de decisiones que afectan a su entorno.
Un abanico de propuestas
A pesar del reducido número de participantes, las propuestas recibidas son muy variadas y abarcan diferentes aspectos de la Feria. Desde cuestiones relacionadas con la organización de los eventos hípicos hasta la gestión de los espacios públicos, pasando por la oferta gastronómica y musical, los ciudadanos han expresado sus opiniones sobre cómo mejorar esta celebración.
Entre las propuestas más destacadas se encuentran:
Mayor control del ruido y la música: Se ha solicitado la instalación de sonómetros para limitar los niveles de ruido y la posibilidad de cerrar las casetas que incumplan la normativa.
Mejora de los servicios públicos: Se demanda un aumento en el número de aseos públicos, la ampliación de los horarios del transporte público y una mejora del mantenimiento de las instalaciones.
Más seguridad: Se ha pedido un refuerzo de la presencia policial y privada en el recinto ferial, así como la instalación de más cámaras de vigilancia.
Mayor atención al bienestar animal: Se ha solicitado un mayor control del trato a los caballos y la implementación de medidas para garantizar su bienestar.
Diversidad en la oferta gastronómica: Se ha pedido la inclusión de opciones para personas con dietas especiales, como la comida sin gluten.
Un futuro incierto
El Ayuntamiento de Jerez se encuentra ahora en la tarea de analizar todas las propuestas recibidas y elaborar un nuevo borrador de la ordenanza. Aunque aún es pronto para conocer los detalles de esta nueva normativa, es evidente que la Feria del Caballo está a punto de experimentar cambios significativos.
La baja participación ciudadana en esta consulta plantea un desafío para las autoridades locales. ¿Cómo garantizar que las decisiones que se tomen reflejen la voluntad de la mayoría de los ciudadanos? ¿Cómo fomentar una mayor participación en procesos de toma de decisiones como este? Estas son preguntas que deben ser abordadas si se quiere construir una Feria del Caballo que satisfaga las necesidades y expectativas de todos los jerezanos.
Conclusión
La Feria del Caballo de Jerez es mucho más que una simple fiesta. Es un símbolo de la identidad de la ciudad y un motor económico importante. La reforma de la ordenanza que la regula es una oportunidad para garantizar su futuro y adaptarla a los nuevos tiempos. Sin embargo, la escasa participación ciudadana en este proceso pone de manifiesto la necesidad de encontrar nuevas formas de involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones que afectan a su vida.