Un hombre ha sido condenado a cinco años de prisión por intentar asesinar a su pareja prendiendo fuego a su casa con gasolina. Una historia que nos estremece y nos recuerda la importancia de la lucha contra la violencia de género.
Una noche de terror
La madrugada del 23 de septiembre de 2023 se convirtió en una pesadilla para una mujer de A Estrada. Su pareja, con quien mantenía una relación de doce años, y tras una ingesta de alcohol, decidió que la solución a sus problemas era prenderle fuego a la casa con ella dentro. Según el relato de los hechos probados, el hombre subió a la habitación donde dormía la víctima con una garrafa de gasolina, profiriendo amenazas de muerte como “vamos a morir, te voy a quemar la casa” o “vamos a morir juntos, ya te avisé hace mucho tiempo”.
Imaginen el horror de esta mujer al abrir la puerta y ver a su agresor rociando gasolina por toda la habitación, especialmente en el sofá cercano. El olor a combustible impregnaba el ambiente, presagiando una tragedia inminente. La víctima, en un acto de instinto de supervivencia, intentó huir, bajando las escaleras mientras su agresor la perseguía, continuando con el macabro riego de gasolina.
Finalmente, la mujer logró escapar de la vivienda, pero el hombre, en un acto de total descontrol, prendió fuego a la entrada de la casa. El incendio resultante, afortunadamente, se autoextinguió debido a la escasa cantidad de combustible. Sin embargo, el horror no terminó ahí. La víctima, temiendo que su agresor muriera quemado, regresó a la casa para ayudarlo. Fue entonces cuando él, consciente del peligro, intentó retenerla, agarrándola. A pesar de esto, la mujer logró zafarse, recibiendo un golpe en la mejilla como último acto de violencia antes de poder huir definitivamente.
Justicia dictada
La Audiencia de Pontevedra ha condenado al agresor a cinco años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa en concurso medial con un delito de incendio sin peligro para la vida o integridad física de las personas, con la agravante de parentesco y la atenuante de embriaguez. Además de la pena de prisión, se le ha impuesto una orden de alejamiento de 500 metros y la prohibición de comunicarse con la víctima durante seis años. También deberá indemnizarla con 3.200 euros.
Los magistrados han destacado la veracidad del testimonio de la víctima, considerándolo “realmente espontáneo y acorde con la realidad”. Además, han subrayado la intencionalidad homicida del acusado, afirmando que “no puede negarse el conocimiento del riesgo innegable, cierto y concreto de que se produjera un incendio y de ocasionar resultados letales, tanto para ella como para él”.
Este caso nos sacude y nos recuerda la cruda realidad de la violencia de género, de la violencia machista. Es fundamental que sigamos trabajando para concienciar a la sociedad y ofrecer apoyo a las víctimas. Ninguna mujer debe vivir con miedo.
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