El cielo de Cádiz se tiñó de rojo: una explosión en los polvorines de la capital en 1947 causó más de 150 muertes.
El cielo de Cádiz se tiñó de rojo: La tragedia de 1947
La tarde del 18 de agosto de 1947, un estruendo infernal sacudió Cádiz capital. Los polvorines de la Armada, ubicados en el barrio de San Severiano, estallaron en una lluvia de fuego y metal. Miles de minas antisubmarinas detonaron al unísono, provocando una devastación sin precedentes.
El cielo se tiñó de un rojo intenso, visible desde toda la bahía de Cádiz, Huelva y parte de Sevilla. El ruido atronador se escuchó hasta en la capital andaluza. La explosión causó la muerte de más de 150 personas y dejó miles de heridos.
El barrio de San Severiano quedó prácticamente en ruinas. La Casa Cuna de Cádiz, donde muchos niños y monjas perdieron la vida, el Instituto Hidrográfico de la Marina, la estación de ferrocarril y los astilleros Echevarrieta, entre otras instalaciones, fueron arrasados por la fuerza de la explosión.
La tragedia de 1947 dejó una huella imborrable en la memoria de Cádiz. Las imágenes del cielo rojo y las calles llenas de escombros aún son recordadas por las generaciones que vivieron ese terrible día.
Las cicatrices de la tragedia
El Archivo Histórico Provincial de Cádiz conserva documentos que dan testimonio del horror vivido aquel fatídico día. Una petición de una mujer que solicita ayuda para regresar a Madrid, tras perder su hogar en la explosión, es un recordatorio de las miles de vidas que fueron afectadas por la tragedia.
Las únicas imágenes del NODO (núm. 242A) que se tomaron para documentar la catástrofe de Cádiz de 1947 son un testimonio visual de la magnitud de la destrucción. Estas imágenes, aunque pocas, son un legado invaluable para las generaciones futuras que quieran conocer uno de los capítulos más oscuros de la historia de Cádiz.
La sección del vídeo con las imágenes del incidente comienza en el minuto 10:33 del siguiente enlace: https://www.rtve.es/play/videos/nodo/not-242/1468010/
La tragedia de 1947 es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la necesidad de mantener la memoria histórica para evitar que se repitan este tipo de catástrofes.