Un recorrido por la histórica lucha de las mujeres por el derecho al voto, desde sus inicios hasta las conquistas clave. Un camino lleno de valentía y perseverancia.

El voto femenino: Una lucha por la igualdad

La historia del sufragio femenino es mucho más que un simple derecho ejercido en las urnas. Es el relato de una batalla incansable, una lucha generacional por la igualdad y el reconocimiento pleno de las mujeres como ciudadanas. Desde los albores del movimiento sufragista en el siglo XIX hasta las conquistas del siglo XX, el camino hacia el voto femenino estuvo marcado por la valentía, la perseverancia y el espíritu indomable de mujeres que se negaron a aceptar un mundo donde sus voces no eran escuchadas. Este artículo se sumerge en esa travesía histórica, destacando los momentos clave y las figuras que allanaron el camino hacia la plena participación política de las mujeres.

El despertar del movimiento sufragista

El germen de la lucha por el voto femenino se sembró en un contexto de profundos cambios sociales y políticos. A lo largo del siglo XIX, las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa, que pregonaban la igualdad y la libertad, comenzaron a resonar con fuerza entre las mujeres. Sin embargo, la realidad distaba mucho de esos ideales. Las mujeres seguían relegadas al ámbito doméstico, privadas de derechos básicos como la educación, el trabajo y, por supuesto, el voto.

En este escenario, surgieron las primeras voces que clamaban por la igualdad. En 1848, se celebró la Convención de Seneca Falls en Estados Unidos, un hito fundacional del movimiento sufragista. Allí, se redactó la Declaración de Sentimientos, un documento que reivindicaba la igualdad de derechos para las mujeres, incluyendo el sufragio. Este evento marcó el inicio de una lucha organizada que se extendería por todo el mundo.

Figuras clave y estrategias de lucha

El movimiento sufragista contó con líderes extraordinarias que dedicaron sus vidas a la causa.

En 1791, durante la Revolución Francesa, Olimpia de Gouges, una destacada escritora, redactó la «Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana» como complemento a la declaración francesa de los Derechos del Hombre. Lamentablemente, su valiente acto de defensa de los derechos de las mujeres la llevó a la guillotina, ya que era adversaria de Robespierre.

En Inglaterra, en 1792, Mary Wollstonecraft publicó su ensayo «Reivindicación de los derechos de la mujer», considerado precursor del feminismo. A pesar de los esfuerzos de estas valientes mujeres, los proyectos de leyes que buscaban la igualdad de género fueron rechazados por el Parlamento británico y la reina Victoria.

No obstante, a principios del siglo XX, el movimiento sufragista comenzó a ganar fuerza en Gran Bretaña. En 1903, Emmeline Pankhurst y sus hijas, Christabel y Sylvia, fundaron la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU), adoptando tácticas militantes como manifestaciones, huelgas de hambre y actos de desobediencia civil. Su lema, «Hechos, no palabras», resonó con fuerza y atrajo a miles de mujeres a la lucha.

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Emmeline Pankhurst, detenida por la policía en el Palacio de Buckingham cuando intentaba presentar una petición de ley ante el rey Jorge V en 1914

En Estados Unidos, Susan B. Anthony y Elizabeth Cady Stanton fueron pioneras en la defensa del sufragio femenino. Anthony, en particular, fue arrestada por votar ilegalmente en 1872, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia sufragista.

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Rosalie Jones, Ida Craft y otras sufragistas marchan de Nueva York a Washington DC, 1913. Su pancarta dice ‘Votes for Women – Pilgrimage from New York City to Washington DC 1913’

En España, la figura de Clara Campoamor brilló con luz propia. Diputada en las Cortes durante la Segunda República, Campoamor defendió con pasión el derecho al voto femenino en un contexto de intensos debates y resistencias. Su elocuencia y su firmeza fueron fundamentales para la consecución del voto femenino en España en 1931, para mayores de 23 años.

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Abogada, escritora y política española Clara Campoamor.

Las sufragistas utilizaron diversas estrategias para difundir sus ideas y presionar a los gobiernos. Organizaron manifestaciones multitudinarias, escribieron panfletos y periódicos, realizaron giras de conferencias y llevaron a cabo actos de desobediencia civil. Su lucha fue incansable y su determinación inquebrantable.

Las conquistas y el legado

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El siglo XX fue testigo de importantes avances en la lucha por el sufragio femenino. Nueva Zelanda fue el primer país en conceder el voto a las mujeres en 1893. Le siguieron Australia en 1902 y varios países europeos después de la Primera Guerra Mundial. En Estados Unidos, la Decimonovena Enmienda a la Constitución, que garantizaba el derecho al voto de las mujeres, fue ratificada en 1920. En España, como se mencionó anteriormente, el voto femenino se aprobó en 1931, permitiendo a las mujeres votar por primera vez en las elecciones generales de 1933.

El movimiento sufragista también se extendió a otros países. En 1919, Alemania consagró el voto femenino en la República de Weimar. América, Canadá y Estados Unidos fueron los primeros en reconocer este derecho. En Ecuador, las mujeres pudieron votar en 1929. Luego siguieron Brasil y Uruguay en 1932. En Guatemala, se estableció un voto restringido en 1945, excluyendo a las analfabetas. Éstas finalmente pudieron votar 20 años después.

En Argentina, el voto femenino se inauguró en 1947 gracias a la gestión de Eva Duarte de Perón, quien solicitó su inclusión en cumplimiento de lo acordado en las Actas de Chapultepec. Ese mismo año, Venezuela también implementó el voto femenino. Chile y Costa Rica se unieron a esta lista en 1949, seguidos de México en 1953 y Paraguay en 1961. Sin embargo, el camino hacia el voto femenino en Suiza fue más largo, ya que las mujeres suizas no pudieron votar hasta 1971.

Esta lucha por el voto femenino no estuvo exenta de sacrificios y tragedias. En Derby, una sufragista perdió la vida cuando intentó llamar la atención del rey de Inglaterra al arrojarse al suelo frente a su caballo.

La historia del voto femenino es un testimonio del poder de la perseverancia y la lucha por la justicia. Nos recuerda que los derechos no se otorgan, se conquistan. Honrar la memoria de las sufragistas es seguir trabajando por una sociedad más igualitaria, donde todas las voces sean escuchadas y todos los derechos sean respetados.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos

«Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos». La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por Naciones Unidas en 1948, reconocía así, por fin, el sufragio femenino como derecho humano universal.

El derecho a voto es un derecho fundamental que durante décadas estuvo limitado a la mitad de la población. Votar permite elegir y decidir por uno mismo. Como decía Olympe de Gouges: “La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos”. Y así debe ser.

Figuras Clave y Estrategias:

  • Olimpia de Gouges (Francia, 1791): Redactó la «Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana».
  • Mary Wollstonecraft (Inglaterra, 1792): Publicó «Reivindicación de los derechos de la mujer», obra precursora del feminismo.
  • Emmeline Pankhurst y sus hijas (Gran Bretaña, siglo XX): Fundaron la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU), con tácticas militantes («Hechos, no palabras»).
  • Susan B. Anthony y Elizabeth Cady Stanton (EE. UU.): Pioneras en la defensa del sufragio femenino. Anthony fue arrestada por votar ilegalmente (1872).
  • Clara Campoamor (España): Diputada que defendió el voto femenino durante la Segunda República (1931).

Las sufragistas emplearon diversas estrategias: manifestaciones, publicaciones, conferencias y desobediencia civil.

Conquistas y Legado:

El siglo XX trajo importantes avances:

  • 1893: Nueva Zelanda concede el voto femenino.
  • 1902: Australia.
  • Después de la Primera Guerra Mundial: Varios países europeos.
  • 1920: Decimonovena Enmienda en EE. UU.
  • 1931: España aprueba el voto femenino (elecciones de 1933).

Expansión del Sufragio Femenino en el Mundo:

  • 1919: Alemania.
  • Inicios del siglo XX: Canadá y otros países de América.
  • 1929: Ecuador.
  • 1932: Brasil y Uruguay.
  • 1945/1965: Guatemala (inicialmente con restricciones).
  • 1947: Argentina (gracias a Eva Perón) y Venezuela.
  • 1949: Chile y Costa Rica.
  • 1953: México.
  • 1961: Paraguay.
  • 1971: Suiza.
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