César Pérez Pacheco
Descubre la belleza de Jerez de la Frontera en un paseo inolvidable desde el Palacio Domecq al Palacio de Bertemati. Arquitectura, historia y rincones con encanto en el corazón de Jerez.
Ruta palaciega en Jerez: Belleza a cada paso
Jerez de la Frontera, ciudad de luz, vino y caballos, nos invita a perdernos por sus calles y descubrir la riqueza de su patrimonio. Hoy, te proponemos un recorrido a pie, desde la majestuosidad del Palacio Domecq hasta la elegancia señorial del Palacio de Bertemati. Un paseo que te sumergirá en la historia y la belleza de esta ciudad andaluza, revelando palacios, plazas y rincones llenos de encanto.
Desde la Plaza Aladro al Palacio Domecq: Un inicio señorial
Nuestra aventura comienza en la Plaza de Aladro, una puerta de entrada al corazón histórico de Jerez. Esta plaza, situada en el ensanche del siglo XVIII, debe su nombre a Juan Pedro Aladro y Kastriota, un jerezano con aspiraciones al trono albanés que financió su creación. Aquí, en la «frontera» del centro histórico, ya podemos admirar la imponente fachada lateral del Palacio del Marqués de Domecq.
Este palacio barroco, también conocido como Palacio del Marqués de Montana, es una joya arquitectónica construida en 1778. Durante muchos años, fue propiedad de la ilustre familia Domecq, bodegueros de renombre internacional. En 2012, el palacio inició una nueva etapa, transformándose en un espacio dedicado a eventos y hostelería de alto nivel.
Doblando la esquina, nos topamos con la fachada principal, una explosión de barroco dieciochesco que nos anticipa la grandeza que Jerez tiene reservada.
Un homenaje a la Feria y al caballo jerezano
Junto a la fachada norte del Palacio Domecq, en los Jardines del Mamelón, encontramos un grupo escultórico que rinde homenaje a la Feria del Caballo.
Esta feria, declarada de Interés Turístico Internacional, es una de las celebraciones más emblemáticas de Jerez. El monumento, obra del escultor Pedro Soriano, recuerda los orígenes de la feria, cuando los coches de caballos se congregaban en este mismo lugar a la espera de clientes.
Calle Larga y el camino barroco hacia Bertemati
Desde la Plaza del Mamelón, nos adentramos en la Calle Larga, el corazón comercial y social de Jerez de la Frontera.
Esta calle, que discurre paralela al antiguo borde exterior de la muralla, tiene una historia rica y fascinante.
Ya en el siglo XVI, se permitieron construcciones adosadas a la muralla para su mantenimiento y para generar ingresos, algo que aún se puede apreciar en algunos comercios.
En la Calle Larga, nuestra mirada se detiene en el edificio del bar «El Gallo Azul«, un magnífico ejemplo de arquitectura regionalista sevillana de principios del siglo XX, diseñado por el arquitecto Aníbal González, también autor de la Plaza de España de Sevilla. Fíjate en el reloj de forja que corona el edificio, donde las letras de Pedro Domecq sustituyen a las cifras, un detalle que evoca el pasado bodeguero de Jerez.
Continuando por la calle, descubrimos otras fachadas adornadas con azulejos sevillanos, un elemento decorativo que embellece muchos edificios de la ciudad.
Plazas emblemáticas y monumentos con historia
Al llegar a la Plaza del Arenal, nos recibe el monumento ecuestre al General Primo de Rivera. Esta estatua, inaugurada en 1929, preside la plaza y es un punto de referencia en el centro de Jerez.
Prosiguiendo nuestro camino hacia la Catedral, en la Plaza Monti, nos sorprende un edificio de estilo moderno con adornos platerescos. Aunque de construcción más reciente, este edificio se integra con el entorno histórico, mostrando la capacidad de Jerez para combinar tradición y modernidad.
Desde la calle, podemos vislumbrar un patio del Alcázar de Jerez, un tesoro histórico que merece una visita aparte. El Alcázar, con su alminar, sus baños árabes y sus jardines, nos transporta al pasado islámico de la ciudad.
Acercándonos a la Catedral, encontramos un monumento dedicado al fundador de las Bodegas González-Byass, otra familia bodeguera fundamental en la historia de Jerez. Este monumento es un homenaje a la tradición vitivinícola jerezana, inseparable de la identidad de la ciudad.
Desde este punto, podemos disfrutar de unas vistas de la Catedral, una construcción imponente que fusiona estilos gótico, barroco y neoclásico, reflejo de la dilatada historia de su construcción, desde el siglo XVII.
El Palacio de Bertemati y el final del recorrido
Finalmente, en la Plaza del Arroyo, junto a la Catedral, se alza el Palacio de Bertemati, nuestro destino final.
Este palacio barroco, construido entre 1768 y 1772 por la familia Dávila Mirabal, es un espléndido ejemplo de la arquitectura señorial jerezana.
Actualmente, el Palacio de Bertemati alberga la sede episcopal de la Diócesis de Jerez-Asidonia, uniendo así historia y presente.
Admira su espléndida escalera y la belleza de su planta superior, detalles que revelan la riqueza arquitectónica de este palacio.
Este paseo desde el Palacio Domecq al Palacio de Bertemati es solo una pequeña muestra de la belleza y el patrimonio que Jerez de la Frontera ofrece. Te animamos a recorrer estas calles, a descubrir sus palacios, sus plazas y sus rincones, y a dejarte seducir por el encanto de esta ciudad andaluza. Jerez te espera con los brazos abiertos y un sinfín de historias por descubrir en cada esquina.
Fotos: Junio 2010
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