¿Mascota o juguete? La hipocresía de regalar vida sin compromiso real

Analizamos la campaña «No somos regalos, somos familia» para entender la responsabilidad de adoptar con el Ayuntamiento.

¿Mascota o juguete? La hipocresía de regalar vida sin compromiso real

La Navidad suele ser el escenario de promesas de amor eterno que, en demasiadas ocasiones, terminan en la puerta de un refugio. Bajo el lema ‘No somos regalos, somos familia’, el Ayuntamiento ha lanzado una campaña que invita a la ciudadanía a pausar el impulso del regalo navideño para reflexionar sobre una pregunta fundamental: ¿estamos preparados para tratar a un animal como a un miembro más de nuestro hogar?

Entre el sentimiento y la responsabilidad clínica

Decir que un animal es «familia» es una afirmación poderosa que hoy en día define nuestra evolución social. Sin embargo, este concepto no debe nacer del sentimentalismo vacío, sino de una crítica profunda hacia nuestras propias capacidades. El Ayuntamiento incide en que un animal no es un objeto de consumo que se adquiere para satisfacer un capricho temporal o la ilusión de un niño. Es un ser vivo con necesidades que no entienden de festivos, vacaciones o crisis económicas.

La delegada de Protección Animal, Carmen Pina, ha sido clara al presentar esta iniciativa junto a representantes de protectoras locales como Jerez Felina, No me abandones y Los gatos de la Feria. La realidad es tozuda: durante 2025, el Centro Municipal de Protección Animal ha gestionado la adopción de 239 perros y siete gatos. Detrás de cada cifra hay un compromiso que debe ser para toda la vida.

El riesgo de la humanización y el olvido

Si bien los consideramos familia, la crítica constructiva nos obliga a recordar que «ser familia» implica respeto a su naturaleza, no necesariamente su humanización excesiva, sino el compromiso de cuidados permanentes. Un animal ofrece compañía incondicional, pero a cambio exige una responsabilidad económica y de tiempo que muchos obvian en la euforia de las fiestas.

El Ayuntamiento subraya que una ciudad que aspira a grandes hitos culturales, como la Capitalidad Europea de la Cultura en 2031, debe demostrar su madurez a través del respeto animal. No se trata solo de «querer», se trata de «atender». El abandono no solo es un acto de crueldad ética, sino un delito recogido en el Código Penal y sancionado severamente por la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar Animal, con multas que pueden alcanzar los 50.000 euros.

La adopción como único camino consciente

La campaña, que cuenta con el apoyo de quince asociaciones protectoras, hace un llamamiento al voluntariado y, sobre todo, a la adopción frente a la compra. Antes de introducir un perro o un gato en casa, el Ayuntamiento recomienda buscar asesoramiento profesional en las protectoras. Ellas conocen el carácter de cada animal y pueden determinar si encaja con el estilo de vida de la familia.

En estas fechas de cartas a los Reyes Magos, el mensaje es nítido: las mascotas no son juguetes. Son compañeros que envejecerán a nuestro lado, que enfermarán y que requerirán paciencia. Si no estamos dispuestos a estar en las malas, quizás es que todavía no hemos comprendido el verdadero significado de la palabra familia.