¡Juego olímpico de ingenio policial! 17 carteristas internacionales tras las rejas tras robar millones y planear un golpe en España. ¡La seguridad de los Juegos está garantizada!
En un golpe certero contra la delincuencia organizada, las fuerzas de seguridad españolas han desarticulado una sofisticada red internacional de carteristas que operaba en nuestro país y planeaba expandir sus actividades a los Juegos Olímpicos de París. Esta organización criminal, con ramificaciones en varios países europeos, utilizaba tácticas violentas y engaños para despojar a sus víctimas de sus pertenencias.
Una máquina de robar perfectamente engrasada
Los agentes de la Policía Nacional, en colaboración con Europol y bajo la coordinación de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, han puesto fin a la actividad delictiva de esta banda, compuesta por 17 miembros de un mismo clan familiar. Con base en Madrid y Valencia, estos delincuentes llevaban a cabo «campañas delictivas» de manera sistemática en Andalucía, especialmente en zonas turísticas, y tenían como objetivo expandir sus operaciones a la capital francesa coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos.
Modus operandi
La organización funcionaba con una estructura jerárquica clara. Los hombres, líderes del grupo, dirigían y controlaban las acciones, mientras que las mujeres, a menudo obligadas bajo amenazas o incluso violencia, eran las encargadas de ejecutar los robos. Estas mujeres, en algunos casos, eran traídas ilegalmente a España y sometidas a un control férreo.
Los delincuentes empleaban diversas técnicas para perpetrar los robos, desde el clásico «hurto al descuido» hasta el robo con violencia si la víctima se resistía. Además, utilizaban documentación falsa y múltiples identidades para dificultar su identificación y seguimiento por parte de las autoridades.
Blanqueo de capitales y red internacional
Los beneficios obtenidos de los robos eran cuidadosamente blanqueados a través de complejas operaciones financieras. Los líderes de la organización enviaban el dinero a países como Francia, Bosnia-Herzegovina e Italia, utilizando la técnica del «pitufeo» para ocultar el origen ilícito de los fondos.
La investigación ha revelado que la banda no solo se dedicaba a los hurtos, sino también a estafas con tarjetas de crédito robadas y a robos con violencia. Para facilitar sus operaciones, los miembros de la organización ocupaban viviendas en diferentes puntos del país, lo que dificultaba su localización y les permitía cambiar de base de operaciones cuando era necesario.
Colaboración internacional y resultados de la operación
Gracias a la colaboración de Europol, los investigadores españoles pudieron desentrañar las conexiones internacionales de esta organización criminal. Los agentes llevaron a cabo seis registros en Madrid y Valencia, donde se incautaron numerosos objetos relacionados con los delitos, como dinero en efectivo, joyas, documentación falsa y vehículos de alta gama.
Conclusión
La desarticulación de esta peligrosa banda es un duro golpe para la delincuencia organizada. La operación demuestra la eficacia de la colaboración internacional en la lucha contra el crimen transnacional. Las autoridades advierten que la ciudadanía debe mantener la vigilancia y denunciar cualquier actividad sospechosa.
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