El Padre Luis de Lezama, sacerdote, empresario y visionario hostelero, fallece a los 88 años dejando un legado imborrable en España. Descubre su increíble historia.

¡Adiós a Luis de Lezama, el cura que revolucionó la hostelería!

El mundo de la hostelería, y más allá, está de luto. Este sábado, 11 de enero de 2025, falleció a los 88 años el Padre Luis de Lezama Barañano en la Clínica Universidad de Navarra, en Madrid. Más que un sacerdote, Lezama fue un innovador, un emprendedor nato y un hombre con una visión que trascendió los límites de la iglesia para dejar una huella imborrable en la sociedad española. Su fallecimiento nos invita a recordar una vida llena de logros, iniciativas y un profundo compromiso con el desarrollo humano.

Un cura con sabor a éxito

Luis de Lezama no fue el típico sacerdote. Si bien su vocación religiosa fue fundamental en su vida, supo combinarla con una pasión por el mundo empresarial, especialmente en el sector de la hostelería. Su nombre está ligado a proyectos tan emblemáticos como la famosa taberna El Alabardero, un referente de la gastronomía española, y la Escuela de Hostelería de Sevilla, una institución que ha formado a innumerables profesionales del sector.

Pero, ¿cómo un sacerdote termina fundando restaurantes y escuelas de hostelería? La historia de Lezama es una historia de visión y de adaptación a los tiempos. Entendió que la hostelería no era solo un negocio, sino una forma de generar empleo, de promover la cultura y de ofrecer un servicio de calidad a la comunidad. Su enfoque innovador y su capacidad para identificar oportunidades le permitieron construir un verdadero imperio hostelero, el Grupo Lezama, sin dejar de lado sus valores y principios religiosos.

Más allá de los fogones: Un legado humano

El impacto de Luis de Lezama va mucho más allá de los restaurantes y las escuelas. Fue un hombre comprometido con la formación y el desarrollo de las personas. Creó la Fundación Iruaritz Lezama, una entidad dedicada a promover la educación y la cultura. Su labor social y su preocupación por los demás le valieron el reconocimiento y el cariño de mucha gente.

La clave de su éxito, según él mismo reconocía, residía en la pasión por el trabajo bien hecho, en la constancia y en la capacidad de rodearse de un buen equipo. Su figura inspiró a muchos jóvenes emprendedores a seguir sus sueños y a perseguir sus metas con determinación. Lezama demostró que se puede ser exitoso en el mundo empresarial sin renunciar a los valores éticos y humanos.

Un adiós con sabor a recuerdo

La partida de Luis de Lezama deja un vacío en el mundo de la hostelería y en la sociedad en general. Sin embargo, su legado perdurará a través de sus creaciones, de las personas que formó y del ejemplo que nos dejó. Su historia es un testimonio de que con visión, trabajo duro y un profundo compromiso con los demás, se pueden lograr grandes cosas.

Su capilla ardiente se instaló en la Parroquia de Santa María la Blanca, en Madrid, donde amigos, familiares y admiradores pudieron darle el último adiós a un hombre que marcó una época. Descanse en paz, Padre Lezama. Su huella, sin duda, permanecerá viva.

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