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Descubre la fascinante historia del Toro de Osborne, desde su nacimiento como valla publicitaria en 1956 hasta convertirse en un icono cultural español reconocido internacionalmente. Conoce su lado más cultural, social y solidario.
Desde 1956, el Toro de Osborne se alza majestuoso en las carreteras, convirtiéndose en un símbolo inconfundible de España. Lo que comenzó como una campaña publicitaria para el brandy Veterano de Osborne, se transformó en un icono cultural que resuena tanto a nivel nacional como internacional. Su historia, llena de curiosidades y anécdotas, es mucho más rica de lo que podríamos imaginar a simple vista. Prepárate para descubrir el lado más sorprendente del Toro de Osborne, un emblema que ha sabido integrarse en el paisaje y en el corazón de todos.
De valla publicitaria a Patrimonio Cultural
En los años 50 del siglo pasado, Osborne buscaba una manera original de promocionar su brandy Veterano. La agencia Azor, y en particular el diseñador Manolo Prieto, recibieron el encargo de crear una valla publicitaria que no solo fuera efectiva, sino que también se integrara armoniosamente en el entorno. Así nació en 1956 el diseño del toro, una figura robusta y elegante que pronto comenzaría a poblar las carreteras españolas.
José Antonio Osborne y José Luis Gómez Bermúdez fueron los encargados de recorrer la geografía española en busca de los emplazamientos perfectos para estos gigantes publicitarios. En 1957, se instaló la primera valla en Cabanillas de la Sierra, Madrid. Esta primera versión, hecha de madera, medía 4 metros de altura. Sin embargo, la madera no resistió bien las inclemencias del tiempo, y en 1961 se optó por el metal. El primer toro metálico alcanzó los 7 metros de altura y perdió los cuernos blancos que caracterizaban el diseño inicial.
La historia del Toro de Osborne no estuvo exenta de desafíos legales. En 1962, un decreto ley limitó la publicidad en los márgenes de las carreteras, obligando a retirar 20 metros toda valla publicitaria. Para adaptarse a esta nueva normativa, el Toro de Osborne creció, pasando de 7 a 14 metros de altura. Años más tarde, en 1974, otro decreto incrementó la distancia de retirada a 50 metros, lo que supuso una nueva reubicación para los toros.
El golpe más duro llegó en 1988, con la aprobación del reglamento de carreteras que prohibía la publicidad visible desde cualquiera. Parecía el fin del Toro de Osborne en estas vías. Sin embargo, la presión social fue clave para su supervivencia. Ciudadanos, artistas e intelectuales se unieron en defensa de este icono, logrando que el Tribunal Supremo dictara una sentencia en 1997 que «indultaba» al Toro de Osborne, reconociendo su integración en el paisaje español. Hoy en día, 92 vallas de Toro de Osborne siguen adornando nuestras carreteras.
Un icono global con alma solidaria
Si bien el Toro de Osborne es un símbolo reconocido en toda España, su fama ha traspasado fronteras. Recientemente, se instaló una valla en Japón, demostrando su atractivo internacional. También podemos encontrar toros de Osborne en países como Dinamarca y México, confirmando su alcance global.
Pero el Toro de Osborne es mucho más que publicidad. Su imagen se ha colado en la cultura popular, apareciendo en películas como «Jamón, Jamón» y en las zapatillas de Rafael Nadal cuando ganó la Copa Davis en 2004. Artistas de la talla de Alejandro Sanz, Juan Duyos y Miguel Palacios han reinterpretado su figura, demostrando su versatilidad e inspiración.
Además de su impacto cultural, la Fundación Osborne lleva a cabo una importante labor social. La fundación se centra en proyectos de formación para jóvenes y emprendimiento, así como en la conservación del patrimonio de Osborne. Esta faceta solidaria añade un valor extra a la figura del Toro de Osborne, convirtiéndolo en un símbolo aún más completo y relevante.
Para conocer más a fondo la historia de este icono, se ha inaugurado recientemente la Toro Gallery. Este espacio recoge la trayectoria del Toro de Osborne, mostrando su evolución y su impacto en la sociedad. Una visita a Toro Gallery es una oportunidad única para sumergirse en el universo de este emblema español que sigue vivo y coleando.