Un curioso documento histórico nos transporta a Jerez de la Frontera de principios del siglo XIX, un tiempo de recuperación tras convulsos eventos. Se trata de un escrito fechado en marzo de 1813 que revela una preocupación que hoy podría parecernos ajena a la vida urbana, pero que entonces era muy real para los habitantes y ganaderos de la zona: la notable proliferación de lobos en los Montes de Propios. Este hallazgo en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz subraya los desafíos que enfrentaba la comunidad más allá de los conflictos bélicos.

El problema de las fieras

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El texto de 1813, encontrado poco después de que las tropas francesas levantaran el sitio de Cádiz, expone con claridad la inquietud ante el extraordinario aumento de lobos en las sierras que formaban parte del término municipal jerezano. La presencia de estos depredadores representaba un peligro directo y grave para los rebaños que pastaban en esas áreas. La ganadería era, y sigue siendo, una actividad económica fundamental en la región, por lo que cualquier amenaza a los animales tenía un impacto significativo en la subsistencia de muchas familias. La necesidad de proteger el ganado era primordial.

Llamada a la acción y recompensas

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Ante esta situación, el escrito instaba a la destrucción de estos animales. Para incentivar la caza y el control de la población lobuna, se proponía un aumento en los premios pecuniarios que se ofrecían a quienes se dedicaban a la captura de estas «fieras carniceras». La urgencia era tal que el documento sugería que la simple presentación de «lobos, lobas o lobeznos que se presenten muertos o vivos» sería más efectiva que la batida organizada previamente por el Ayuntamiento. Esto indica la magnitud del problema percibido y la ineficacia de las medidas tomadas hasta ese momento. La recompensa económica se veía como un estímulo crucial para movilizar a los cazadores.

Un paisaje histórico diferente

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Aunque el documento no detalla el resultado final de esta propuesta de aumento de premios, sí confirma de manera innegable la abundancia de lobos en los Montes de Propios de Jerez en aquella época. Es incluso posible que su presencia no estuviera tan alejada de los núcleos de población como podríamos imaginar hoy en día. Este detalle histórico nos ofrece una imagen vívida de un paisaje mucho más salvaje y de los retos que implicaba la convivencia con la fauna en un tiempo en que el control sobre el entorno natural era mucho menor. Recordar esta historia nos ayuda a comprender la evolución del paisaje y de la relación entre el ser humano y la naturaleza en nuestra región a lo largo de los siglos.

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  • Documentos © Archivo Histórico Provincial de Cádiz
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