La Guardia Civil ha asestado un golpe considerable al crimen organizado con la operación “Nazarí 64 Falla”, resultando en la detención de 35 personas y la incautación de cerca de 17.000 plantas de marihuana.

Más allá de las cifras: El desafío incesante del narcotráfico en Granada

Las cifras son abrumadoras: casi 1 tonelada de marihuana incautada y la intervención de alrededor de 4 millones de euros en bienes y dinero. Es, sin duda, un éxito operativo que merece reconocimiento, pero este tipo de macrooperaciones, que se repiten con alarmante frecuencia, nos obligan a una reflexión más profunda: ¿estamos ganando la batalla al narcotráfico en Granada o simplemente gestionando sus inevitables consecuencias?

La organización criminal desmantelada operaba como una de las redes de tráfico de marihuana más importantes de carácter internacional, con su centro de operaciones entre la capital y Vegas del Genil. La droga, con destino a Europa, viajaba oculta en camiones o turismos. Los 54 registros realizados en Granada, Málaga y Valencia han revelado no solo el vasto alcance de sus plantaciones (16.870 plantas) y el beneficio económico (267.553 euros incautados), sino también su capacidad de fuego (26 armas de distintos tipos).

Un delito multiforme: Cultivo, tráfico y blanqueo

A los 35 detenidos se les imputan los delitos de tráfico y cultivo de drogas, defraudación de fluido eléctrico, pertenencia a grupo criminal, tenencia ilícita de armas y, crucialmente, blanqueo de capitales. Esta variedad de cargos subraya la sofisticación de la red. El narcotráfico en Granada no es ya solo una cuestión de «plantaciones ilegales»; es un ecosistema delictivo complejo donde cada miembro, desde los cabecillas que compran a los productores hasta los que facilitan el transporte, tiene un rol determinado, como ha podido constatar la Guardia Civil desde el inicio de la operación el pasado mes de mayo.

El golpe se inició tras varias actuaciones en la provincia y la aduana francesa, donde se interceptaron 531 kilogramos de marihuana. Esto demuestra la constante presión que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado mantienen sobre estas redes. Sin embargo, cada red desmantelada parece ser reemplazada por otra con rapidez, lo que sugiere que la demanda y los incentivos económicos en torno al narcotráfico en Granada son todavía más fuertes que la acción policial. La facilidad para establecer plantaciones indoor clandestinas, a menudo detectadas por el consumo masivo e ilegal de electricidad, facilita que el ciclo de cultivo se mantenga activo, convirtiendo la provincia andaluza en un hub europeo de la marihuana.

La pregunta pendiente: ¿Es suficiente la represión?

La envergadura de esta operación, con la participación de unidades de élite como el GRS, el GAR, la USECIC, el Servicio Cinológico y la Unidad Aérea, evidencia la seriedad con la que se aborda el problema. Se trata de un esfuerzo coordinado por el juzgado de Instrucción de Santa Fe (Granada) y el Equipo E.D.O.A. de la Unidad Orgánica de Policial Judicial.

Pero la persistencia y el crecimiento del narcotráfico en Granada exige que la respuesta no se limite únicamente a la represión. Si bien detener a 35 personas es un logro, la verdadera victoria residiría en desmantelar las estructuras financieras que permiten blanquear esos 4 millones de euros y cortar de raíz la facilidad con la que se establecen estas lucrativas actividades. La ciudadanía y los medios críticos deben preguntarse qué políticas sociales y económicas son necesarias para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones utilizadas por estas mafias y si la actual legislación es lo suficientemente severa contra los cabecillas y el blanqueo de dinero. El éxito de la operación es innegable, pero el desafío del narcotráfico en Granada sigue estando muy presente.

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