El primer disco de la icónica banda jerezana, Los Delinqüentes, marcó un antes y un después en el panorama musical español. Publicado en 2001, «El sentimiento garrapatero que nos traen las flores» se convirtió en un fenómeno cultural que llevó el «garrapaterismo» a cada rincón del país. Este álbum se erigió como un estandarte de la fusión musical más auténtica y desprejuiciada, logrando el disco de oro en ventas.

El ADN de una generación: De Jerez a los festivales

Producido por Josema García Pelayo y grabado íntegramente en Jerez, el álbum encapsula la esencia de la ciudad y su vibrante escena musical. A través de canciones como «Esos bichos que nacen de los claveles» o «El aire de la calle», Los Delinqüentes se abrieron camino con un sonido fresco y directo, una amalgama de estilos que hasta entonces parecía imposible. La repercusión fue tal que el disco les sirvió de pasaporte para girar por los festivales más importantes del momento, como el Festimad o el Espárrago Rock, donde su energía y su singular sentimiento garrapatero que nos traen las flores conquistaron al público masivo.

La genialidad del grupo radicaba en su capacidad para tomar influencias de grandes maestros del flamenco fusión como Kiko Veneno o Pata Negra y llevarlas a un nuevo nivel. En sus letras y melodías, el flamenco se entrelaza de forma natural con el rock, el pop e incluso las chirigotas gaditanas, creando un universo sonoro propio. Esta mezcla única es la que hace de «El sentimiento garrapatero que nos traen las flores» un tesoro atemporal que sigue siendo relevante para nuevas generaciones.

La cima del éxito con ‘El bache (la canción del verano)’

Cada una de las dieciséis pistas del álbum es una joya en sí misma, pero hay temas que quedaron grabados a fuego en la memoria colectiva. «El bache (la canción del verano)» o «La calle de los morenos» son himnos que resumen la filosofía del grupo: música hecha desde la libertad, sin ataduras ni convencionalismos.

El legado de «El sentimiento garrapatero que nos traen las flores» va más allá de las ventas o las giras. Es un testimonio del talento y la audacia de dos jóvenes jerezanos que no temieron fusionar sus raíces con influencias dispares. Gracias a este disco, el sentimiento garrapatero que nos traen las flores se convirtió en una forma de entender la música, una filosofía de vida que celebra la autenticidad, la diversión y la riqueza de la cultura andaluza.

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