La Guardia Civil ha asestado un golpe significativo a una compleja red criminal. Esta organización se dedicaba a suministrar armas de fuego a grupos de narcotraficantes en Jerez de la Frontera y otras regiones de España. Su objetivo principal era armar a quienes custodiaban almacenes de droga y plantaciones de marihuana, una medida de seguridad crucial para evitar robos o «vuelcos» por parte de bandas rivales. La operación, denominada «Resolute», culminó con la detención de 18 personas, y seis de ellas ya han sido formalmente imputadas. Además, se realizaron 16 registros en diversas provincias, lo que subraya el amplio alcance de la investigación.

Un operativo con ramificaciones nacionales

Los registros simultáneos se llevaron a cabo en Murcia, Alicante y Cádiz, con una intervención destacada en Jerez de la Frontera. En nuestra ciudad, la operación tuvo lugar durante la madrugada del pasado martes 13 de mayo, en una vivienda cercana al Parque de la Milagrosa. Este despliegue tan amplio evidencia la magnitud de la red desarticulada, que operaba a nivel interprovincial y representaba una seria amenaza para la seguridad.

La investigación de este caso se inició en la Región de Murcia. Los agentes detectaron un complejo entramado donde personas con licencia compraban legalmente armas de fuego tácticas. Luego, las entregaban a los cabecillas de la organización, introduciéndolas así en el mercado ilegal. Para encubrir sus actividades, estos individuos simulaban el robo o extravío de las armas. De esta forma, desviaban armamento peligroso como rifles, versiones civiles de fusiles de asalto militares y escopetas policiales al mercado negro.

El epicentro en Murcia y sus conexiones

La detención de uno de estos «testaferros» fue clave para los investigadores. Gracias a ello, lograron identificar a la organización criminal que financiaba la compra de las armas, establecida en la localidad murciana de Alguazas. La red tenía ramificaciones en otras provincias, y algunos de sus miembros contaban con un historial delictivo. Sus antecedentes incluían actividades relacionadas con el tráfico de armas y drogas. Muchos de ellos incluso tenían historiales policiales por intento de homicidio con arma de fuego. Esta compleja estructura facilitaba la distribución ilícita de armas de fuego en Jerez y otros puntos estratégicos del país.

La indagación sobre esta organización criminal en Murcia llevó a los agentes hasta otro grupo dedicado al tráfico de armas en la provincia de Granada. Allí, se intervinieron una docena de armas, algunas de ellas de guerra, que estaban enterradas en un descampado. Este lugar, sorprendentemente, también disponía de una galería de tiro subterránea donde probaban las armas antes de distribuirlas. Ambas organizaciones se abastecían mutuamente para satisfacer las necesidades de sus clientes. Principalmente, eran otras organizaciones dedicadas al narcotráfico las que se beneficiaban. Entre las armas que suministraban se encontraban fusiles de asalto AK47, escopetas, rifles tácticos y pistolas de última generación, armamento diseñado para el crimen organizado.

Vínculos con el narcotráfico y el blanqueo de capitales

La organización murciana no solo traficaba con armas, sino que también se dedicaba al cultivo y distribución al por mayor de marihuana, controlando numerosas plantaciones interiores. Una parte de las armas de fuego traficadas se destinaba a la custodia y seguridad de estas plantaciones, buscando evitar los temidos «vuelcos» entre bandas rivales. Los líderes de la organización controlaban dichas plantaciones a distancia. Utilizaban cámaras wifi de videovigilancia para supervisar tanto a los miembros de su propia organización (capataces, jornaleros, electricistas, etc.) como para detectar posibles vigilancias policiales o la presencia de rivales.

La Guardia Civil identificó y desmanteló cinco de estas plantaciones interiores de marihuana. En algunas de ellas se incautaron las armas de fuego ilegales utilizadas para su protección. Adicionalmente, los investigadores descubrieron que esta organización también extorsionaba a personas que habían adquirido préstamos con intereses muy elevados. Los detenidos coaccionaban y amenazaban a sus prestatarios para que devolvieran las cantidades prestadas. Si no disponían de dinero en efectivo, los obligaban a poner propiedades inmuebles o muebles a su nombre o al de su entorno.

Como resultado de todas estas actividades ilícitas, obtenían grandes sumas de dinero en efectivo. En uno de los registros practicados, se intervinieron más de 170.000 euros en metálico. Intentaban ocultar y blanquear el origen ilícito de estos fondos mediante la adquisición de propiedades y vehículos de lujo. Para ello, registraban su titularidad a nombre de terceras personas o de empresas pantalla.

Resultados de la operación «Resolute»

En total, la Guardia Civil llevó a cabo 16 registros simultáneos en las provincias de Murcia, Alicante y Cádiz, específicamente en Jerez de la Frontera. Se intervinieron 11 armas de fuego en Jerez, incluyendo un fusil de asalto y un subfusil. También se incautaron 897 cartuchos metálicos de diferentes calibres (249 de ellos de guerra), un silenciador y numerosos cargadores de armas. Asimismo, se incautaron 173.500 euros en efectivo, 1.733 plantas de marihuana, 4,1 kilos de marihuana, 400 gramos de cocaína, cinco vehículos de lujo y un vehículo sustraído. La operación desmanteló cinco plantaciones interiores de cultivo intensivo de marihuana, con sus respectivos equipamientos técnicos: 168 lámparas LED, 25 equipos de climatización, 46 ventiladores y 11 extractores. La investigación fue dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Molina del Segura (Murcia), marcando un éxito significativo en la lucha contra el crimen organizado.

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