¿Es cierto que algunos conductores de Jerez matriculaban sus coches en Jaén para que la matrícula no empezara por «CA»?

La historia de Jerez de la Frontera está repleta de anécdotas curiosas y tradiciones transmitidas de generación en generación. Una de ellas, que a menudo resurge en conversaciones informales, plantea un interrogante sobre la peculiar manera en que algunos jerezanos del siglo XX decidían matricular sus vehículos. La pregunta es directa: ¿es verdadero o falso que algunos conductores de Jerez, al registrar sus coches, optaban por hacerlo en la provincia vecina de Jaén para evitar que la placa de matrícula mostrara las letras «CA» correspondientes a Cádiz, prefiriendo la «J» de Jaén?

Para muchos, esta historia suena a leyenda urbana, una de esas narrativas populares que se difunden sin una base documental sólida. Sin embargo, la persistencia de este rumor en la memoria colectiva de Jerez invita a una pequeña investigación para tratar de discernir la verdad que pueda haber detrás de esta afirmación. En este artículo, nos adentraremos en el pasado para explorar el contexto de las matrículas de la época y analizar si esta práctica pudo haber sido una realidad.

El sistema de matrículas provincial en el siglo XX

Para comprender la posible veracidad de esta historia, es fundamental recordar cómo funcionaba el sistema de matriculación de vehículos en España durante el siglo XX. Hasta el año 2000, las placas de matrícula españolas seguían un formato provincial. Esto significaba que las matrículas comenzaban con una o dos letras que identificaban la provincia donde el vehículo había sido registrado. A estas letras les seguía un número de serie y, en algunos periodos, un código alfanumérico adicional.

En este contexto, la provincia de Cádiz estaba efectivamente identificada con el código «CA». Por otro lado, la provincia de Jaén utilizaba la letra «J». Partiendo de esta base, la pregunta sobre si los conductores jerezanos preferían la «J» a la «CA» cobra cierto sentido, al menos desde la perspectiva de la identificación provincial en la matrícula.

Ahora bien, ¿existían motivos reales para que un conductor de Jerez quisiera evitar la identificación «CA» en su vehículo? Las razones podrían ser diversas, desde preferencias estéticas hasta posibles connotaciones sociales o incluso rivalidades históricas entre localidades. Sin embargo, es importante analizar si la mecánica del sistema de matriculación permitía realmente esta elección.

¿Era posible elegir la provincia de matriculación?

La clave para desentrañar este misterio reside en comprender el proceso de matriculación de la época. Generalmente, la matriculación de un vehículo se realizaba en la provincia donde el propietario tenía su residencia habitual o donde se encontraba domiciliado el vehículo. Esto implicaba que, si un residente de Jerez compraba un coche, lo lógico era que lo matriculara en la Jefatura Provincial de Tráfico de Cádiz.

Para que un conductor de Jerez pudiera matricular su coche en Jaén, tendría que justificar algún tipo de vinculación con esa provincia, ya sea a través de su residencia, su trabajo o alguna otra circunstancia que lo permitiera. No era un proceso tan sencillo como simplemente manifestar una preferencia por una letra u otra.

Es cierto que, en algunos casos, podría haber existido cierta flexibilidad o incluso prácticas menos formales, especialmente en épocas donde los controles administrativos no eran tan estrictos como en la actualidad. Sin embargo, la idea de que un número significativo de conductores jerezanos se desplazaran a Jaén solo para obtener una matrícula con la letra «J» parece, a priori, poco probable a gran escala.

Consideraciones finales y la respuesta al enigma

A pesar del encanto de esta historia y de su persistencia en la tradición oral jerezana, la realidad es que resulta altamente improbable que una práctica generalizada de matriculación en Jaén por parte de conductores de Jerez para evitar la «CA» haya sido común en el siglo XX. Si bien es posible que algún caso aislado pudiera haber ocurrido por motivos personales muy específicos, la normativa y la lógica del sistema de matriculación provincial hacían que lo habitual fuera matricular los vehículos en la provincia de residencia.

Es más factible que esta anécdota se haya convertido en una curiosidad local, alimentada por el deseo de encontrar explicaciones pintorescas a ciertos aspectos de la vida cotidiana. La preferencia por una letra u otra en una matrícula podría haber sido un tema de conversación, pero llevarlo al extremo de realizar un trámite en otra provincia solo por este motivo parece poco fundamentado.

Por lo tanto, respondiendo a la pregunta inicial, la afirmación de que algunos conductores de Jerez en el siglo XX matriculaban sus coches en Jaén para evitar la «CA» es, con alta probabilidad, falsa como práctica generalizada. Se trata más bien de una leyenda urbana con raíces en la peculiaridad del sistema de matrículas de la época y quizás en ciertas preferencias locales.

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