El monasterio de la Cartuja de Jerez de la Frontera ha sido testigo de la partida de las Hermanas de Belén. Han dejado atrás un cenobio que ha sido su hogar durante los últimos 22 años. Descubre más sobre el futuro del monasterio, su importancia cultural y las medidas de seguridad que se tomarán. Además, conoce los planes pastorales y turísticos que se llevarán a cabo en este Bien de Interés Cultural.
La Cartuja de Jerez de la Frontera: Un tesoro religioso abierto al turismo
El monasterio de la Cartuja de Jerez de la Frontera ha sido testigo de la partida de las Hermanas de Belén. Han dejado atrás un cenobio que ha sido su hogar durante los últimos 22 años. Aunque ya no alberga una comunidad de clausura, este Bien de Interés Cultural (BIC) se abre ahora a un mayor número de visitas y turismo.
Este conjunto, propiedad de Patrimonio del Estado bajo la supervisión del Ministerio de Hacienda y Función Pública, seguirá siendo administrado por la Diócesis de Asidonia-Jerez, en base a los acuerdos existentes. Solo en caso de que el estado de conservación del monasterio requiera inversiones inasumibles para la Iglesia local, se renunciaría a esta gestión. El obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, muestra una clara preocupación por el deterioro progresivo del conjunto.
El futuro del monasterio depende de los informes técnicos de seguridad
El futuro del monasterio dependerá de los informes técnicos que se están elaborando. Estos informes, aunque no muy esperanzadores, determinarán qué partes del recinto podrán seguir siendo utilizadas y hasta qué punto. Cabe destacar que las celdas más cercanas al río Guadalete ya fueron abandonadas por los cartujos debido a la inestabilidad del terreno. Durante los últimos años, las Hermanas de Belén han ocupado las celdas más cercanas a la carretera, que son de reciente construcción, pero incluso aquí se pueden observar grietas.
La despedida de esta congregación religiosa también plantea dudas sobre la seguridad del monasterio, que ha sido objeto de pequeños hurtos en los últimos años. Esto se debe, en parte, a que las propias hermanas confiaban en la providencia y apenas tenían una zona vigilada. El primer objetivo en este sentido es asegurar todo el conjunto, garantizando la protección de las áreas más sensibles.
El Obispado se compromete a garantizar la celebración de, al menos, la eucaristía dominical
En cuanto a lo pastoral, el Obispado se compromete a garantizar la celebración de la eucaristía dominical, y no descarta la posibilidad de ampliarla a otros días de la semana. Además, se llevarán a cabo encuentros y jornadas diocesanas en la Cartuja, que hasta ahora se realizaban en otros espacios. El vacío dejado por la congregación religiosa permitirá aprovechar al máximo este monasterio en términos pastorales.
Se establecerán horarios e itinerarios para visitar la Cartuja
Por último, Monseñor Rico Pavés reconoce la importancia cultural del monasterio, cuyas visitas estaban limitadas hasta ahora debido a la vida de clausura de las hermanas. Con la nueva situación, se establecerán horarios e itinerarios para visitar la Cartuja. Además, se está trabajando en una visita virtual e incluso en la creación de una sala inmersiva. También será posible incluir el monasterio de la Cartuja en los itinerarios del entorno del río Guadalete, algo que se evitaba anteriormente para no interferir en la vida de las religiosas.
A menos que los informes técnicos sean extremadamente críticos y el edificio esté en peligro de ruina, superando las posibilidades de intervención de la Diócesis, la intención del Obispado es conservar la gestión de la Cartuja. Se busca que el monasterio no pierda su carácter religioso y no se descarta la posibilidad de establecer allí una comunidad religiosa que no sea de clausura, encargada del mantenimiento del culto y del templo.