Descubre la historia del Convento de Nuestra Señora del Socorro de Jerez. Antiguo edificio, fundado en 1509.

El Convento de Nuestra Señora del Socorro de Jerez de la Frontera es un lugar lleno de historia y devoción. Su origen se remonta a un eremitorio o Casa Guía que data de la época goda, donde se veneraba una imagen de la Virgen.

Sin embargo, fue en 1509 cuando se fundó oficialmente el convento, aunque según el protocolo del mismo, la fundación se realizó el 16 de febrero de 1532. A lo largo del tiempo, los agustinos ganaron más influencia en la ciudad y lograron obtener el terreno para construir su iglesia en 1561.

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En aquellos años, la imagen de Nuestra Señora de la Guía, que era venerada en la Iglesia de San Ildefonso, pasó a llamarse Nuestra Señora del Socorro debido a un milagro atribuido a ella. Esto ocurrió a principios del siglo XVII. La familia Dávila, patrona del templo de San Ildefonso, la cedió en custodia en 1610 y la donó definitivamente al convento en 1623, convirtiéndose así en parte del patrimonio del mismo.

En 1623, los agustinos del Convento de la Guía decidieron emprender un proceso de mudanza, ya que el antiguo edificio estaba en ruinas. Esto provocó controversias y oposición por parte de otros clérigos. Sin embargo, una Real Cédula puso fin a las disputas al sentenciar que los agustinos no estaban realizando una nueva fundación, sino simplemente un traslado de lugar. Las obras del nuevo convento se concluyeron en 1643.

El convento fue cerrado de forma definitiva tras la exclaustración de Mendizábal

La historia del convento transcurrió de manera tranquila hasta 1810, cuando el edificio fue ocupado por las tropas francesas. Aunque los frailes regresaron en 1812, tuvieron que marcharse nuevamente debido a la ocupación de tropas españolas. Finalmente, su regreso definitivo se produjo en 1814 y se mantuvieron en el convento hasta 1835, cuando fue cerrado de forma definitiva tras la exclaustración de Mendizábal.

El Convento de Nuestra Señora del Socorro de Jerez de la Frontera es un testigo silencioso de los acontecimientos históricos que han marcado la ciudad. Durante siglos, ha sido un lugar de encuentro espiritual y devoción. Aunque el cierre del convento en 1835 supuso un golpe para la comunidad religiosa, su legado perdura en la memoria de los jerezanos.

Fuentes
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