César Pérez Pacheco
El panorama de la seguridad vial está a punto de experimentar un cambio significativo. Los tradicionales triángulos de preseñalización de peligro tienen los días contados, y su lugar será ocupado por un dispositivo innovador: la baliza V16. Este pequeño aparato de color amarillo promete mejorar la visibilidad en situaciones de emergencia y agilizar la comunicación con otros conductores y las autoridades. Su principal característica es la emisión de una luz de alta intensidad de 360º, visible incluso en condiciones adversas, durante un mínimo de 30 minutos. Además, su diseño compacto permite guardarlo cómodamente en la guantera del vehículo, listo para ser utilizado en cualquier momento.
Tecnología al servicio de la seguridad
La baliza V16 no es solo una luz brillante. Incorpora tecnología de conectividad que la convierte en un elemento clave para la gestión del tráfico y la seguridad vial. Al activarse, y colocada preferentemente en el techo del vehículo mediante un sistema de fijación, esta baliza se conecta con la plataforma DGT 3.0. Esta conexión permite transmitir la ubicación del vehículo averiado o accidentado en tiempo real, alertando así a otros usuarios de la vía sobre la presencia de un posible peligro. Esta funcionalidad resulta especialmente útil en tramos de baja visibilidad o en situaciones donde la colocación de los triángulos tradicionales podría suponer un riesgo adicional para el conductor.
El futuro de la señalización de peligro
La cuenta atrás ha comenzado. A partir del 1 de enero de 2026, el V16 conectado se convertirá en el único dispositivo legal de preseñalización de peligro en las carreteras españolas. Esto significa que los conductores deberán familiarizarse con su uso y asegurarse de contar con uno en su vehículo antes de esa fecha. La transición hacia este nuevo sistema busca mejorar la seguridad de todos los usuarios de la vía, proporcionando una señalización más efectiva y una comunicación más rápida en caso de incidente. La vida útil de la batería del dispositivo, de al menos 18 meses, garantiza su operatividad durante un periodo considerable.
Imagen de la cabecera © dgt.es