
La policía ha dado un buen susto a los listos de internet que se dedican a engañar a la gente. El Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría Provincial de Cádiz ha puesto fin a la Operación KYRÓN, una investigación que ha destapado nada menos que treinta y dos estafas realizadas a través de páginas web de compraventa. Los 2 detenidos en Cádiz utilizaban cuentas de otros para comprar cosas sin pagar.
La trampa del código bancario
Estos individuos tenían una forma muy elaborada de engañar a sus víctimas. Se ponían en contacto con personas que vendían cosas de segunda mano por internet y se mostraban muy interesados en comprar. Para ganarse la confianza, incluso ofrecían pagar una señal como garantía de la compra.
Pero aquí venía el truco. Con una conversación muy convincente, lograban que las víctimas les dieran un código bancario. La gente pensaba que era necesario para recibir el dinero de la señal, pero en realidad, los estafadores usaban ese código para autorizar pagos con Bizum. Así, compraban online joyas y teléfonos móviles de alta gama, que luego vendían para sacar dinero.
Operación KYRÓN: 2 detenidos en Cádiz
Tras recibir varias denuncias, la policía se puso manos a la obra. Los agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos iniciaron una investigación que ha terminado con la detención de dos personas, vecinos de Cádiz capital. Uno de ellos es menor de edad. Se les acusa de un delito continuado de estafa.
Las investigaciones han demostrado que estos dos individuos están detrás de 32 estafas cometidas en toda España, causando un perjuicio económico de unos 17.200 euros. No está mal la broma.
Prudencia al comprar y vender online
Los detenidos han sido puestos en libertad con cargos, a la espera de lo que decida el juez. La operación sigue abierta, así que no se descartan más detenciones.
Esta noticia nos recuerda que tenemos que tener mucho cuidado cuando compramos o vendemos cosas por internet. Desconfiar de quien nos pida códigos bancarios raros y, ante la duda, contactar siempre con la Policía Nacional. Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, seguramente lo es.