«Los caminos se hicieron»: Un villancico navideño lleno de historia y tradición en Jerez de la Frontera

mesonero nacimiento belen jesus

Descubre el villancico ‘Los caminos se hicieron’, una joya de la tradición navideña en Jerez de la Frontera. Conoce la historia y el significado de esta canción llena de emotividad. Sumérgete en la magia de la cultura jerezana y disfruta de la temporada navideña en esta hermosa ciudad de Andalucía.

En la hermosa ciudad de Jerez de la Frontera, en el corazón de Andalucía, se encuentra un tesoro cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos: el villancico «Los caminos se hicieron». Esta canción tradicional, llena de historia y emotividad, nos transporta a aquellos tiempos antiguos en los que el espíritu navideño se manifestaba de una manera única.

Los caminos se hicieron, con agua, viento y frío, caminaba un anciano, muy triste y afligido. Estas palabras nos introducen a la historia de un anciano que, acompañado de su bendita madre Victoria, busca posada en un mesón en una noche fría de invierno. Pero, ¿por qué este villancico ha dejado una huella tan profunda en el corazón de los jerezanos?

La respuesta radica en la tradición y el arraigo cultural que se respira en cada rincón de Jerez de la Frontera. Esta ciudad, conocida por su rica historia y sus vinos de renombre mundial, también es famosa por su devoción hacia la Navidad. El villancico «Los caminos se hicieron» es una de las joyas más preciadas de este legado cultural.

El verso «¡Gloria!, a su bendita madre Victoria, ¡gloria al recién “nacío”, gloria!» nos muestra la profunda fe y devoción hacia la Virgen María y el Niño Jesús. En cada estrofa, podemos sentir la emoción y la esperanza que envuelve a esta historia sagrada. La negativa del mesonero a dar posada a la Virgen y San José, y la posterior aparición del portal, donde nace el «verbo divino», son momentos llenos de simbolismo y significado.

La mula y el buey, que acompañan al Niño Jesús en su nacimiento, también tienen un papel destacado en este villancico. «La mula le gruñe, y el buey le bajea, y el Niño Dios chiquito, dormidito se queda», nos muestra la humildad y la sencillez que caracterizan el nacimiento de Jesús. Es en este momento de quietud y ternura donde se encuentra la verdadera gloria.

El villancico «Los caminos se hicieron» ha sido transmitido de generación en generación en Jerez de la Frontera, convirtiéndose en una parte integral de las celebraciones navideñas. Cada año, en las calles de la ciudad, se puede escuchar el eco de esta canción, recordándonos la importancia de la fe, la solidaridad y el amor en esta época del año.

En Jerez de la Frontera, la Navidad es más que una simple festividad. Es una oportunidad para reunirse en familia, compartir momentos especiales y mantener vivas las tradiciones que nos conectan con nuestro pasado. El villancico «Los caminos se hicieron» es un recordatorio de la importancia de preservar nuestra identidad cultural y transmitirla a las futuras generaciones.

Así que, la próxima vez que visites Jerez de la Frontera durante la temporada navideña, no olvides escuchar el villancico «Los caminos se hicieron». Déjate llevar por su melodía y su historia, y sumérgete en la magia de una tradición que ha resistido el paso del tiempo. ¡Gloria a su bendita madre Victoria y gloria al recién «nacío»!


NAVIDAD EN JEREZ
Los caminos se hicieron

Los caminos se hicieron,
con agua, viento y frío,
caminaba un anciano,
muy triste y afligido,
¡gloria!, a su bendita madre Victoria,
¡gloria al recién “nacío”, gloria!

Llegaron a un mesón,
para pedir posada,
y el mesonero ingrato,
iba y se la negaba, ¡gloria!,
a su bendita madre Victoria,
¡gloria al recién “nacío”, gloria!

Yo no doy posada,
yo no doy posada,
a las dos de la noche,
a mujer embarazada, ¡gloria!,
a su bendita madre Victoria,
¡gloria al recién “nacío”, gloria!

Si tu traes dinero,
toda la casa es tuya,
pero si no lo traes,
no hay posada ninguna, ¡gloria!,
a su bendita madre Victoria,
¡gloria al recién “nacío”, gloria!

La Virgen al oír eso,
se cayó desmayada,
y San José le dice,
levanta esposa amada, ¡gloria!,
a su bendita madre Victoria,
¡gloria al recién “nacío”, gloria!

Y desde allí se fueron,
a un portal recogidos,
y entre el buey y la mula,
nació el verbo divino, ¡gloria!,
a su bendita madre Victoria,
¡gloria al recién “nacío”, gloria!

La mula le gruñe,
y el buey le bajea,
y el Niño Dios chiquito,
dormidito se queda, ¡gloria!,
a su bendita madre Victoria,
¡gloria al recién “nacío”, gloria!

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