El mundo del caballo, el rejoneo y la ciudad de Jerez de la Frontera se encuentran de luto tras el fallecimiento de Álvaro Domecq Romero. Nacido en Jerez el 8 de abril de 1940, su partida deja un vacío inmenso y un legado que perdurará en la historia ecuestre y cultural de Andalucía. Domecq Romero, Hijo Predilecto de la ciudad y Medalla de Andalucía 2024, fue una figura que dedicó su vida a exaltar el caballo español y el arte de la doma.

Fundador y alma de la Real Escuela

Si hay un pilar que define la trayectoria de Álvaro Domecq Romero, es la fundación de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre en 1973. Esta institución, con sede en el histórico Recreo de las Cadenas de Jerez de la Frontera, nació de su visión y su pasión inquebrantable por el caballo andaluz.

Álvaro Domecq Romero concibió la Escuela no solo como un centro de formación y exhibición, sino como un vehículo cultural para preservar y difundir el patrimonio ecuestre. Gracias a su esfuerzo, el espectáculo «Cómo Bailan los Caballos Andaluces« se convirtió en un ballet ecuestre de fama mundial, un máximo exponente de la doma clásica y vaquera, y una de las principales señas de identidad de Jerez de la Frontera.

Recientemente, la Real Escuela, de la que fue Patrono de Honor, le rindió un merecido homenaje poniendo su nombre al picadero principal de la institución, un reconocimiento a un jinete cuyo ejemplo y dedicación son difíciles de igualar.

Maestro rejoneador y ganadero

Hijo del también rejoneador y ganadero Álvaro Domecq Díez, el camino de Álvaro Domecq Romero en el arte del rejoneo fue brillante. Debutó en público en 1959 y cosechó éxitos notables que lo consagraron como uno de los grandes de su época, formando parte del grupo conocido como los «Jinetes del Apoteosis». Su retirada de los ruedos se produjo en la plaza de Jerez de la Frontera en 1985.

Además de su maestría como rejoneador, su figura destacó en múltiples facetas de la equitación tradicional, obteniendo premios en doma clásica, vaquera y acoso y derribo. Su conocimiento del toro bravo, heredado de su estirpe ganadera, también lo consolidó como una referencia en el sector.

Un embajador incansable de Jerez

Álvaro Domecq Romero no solo fue un artista sobre el caballo, sino un embajador de Jerez de la Frontera a nivel global. A través de la Real Escuela y sus constantes apariciones y reconocimientos, llevó el nombre de su tierra, su tradición y la belleza del caballo español por todo el mundo. Su dedicación fue un motor para el turismo y la cultura de la provincia de Cádiz.

Su vida fue una oda a las tradiciones jerezanas, a su campo y a sus animales, forjando un legado que hoy honra toda una ciudad. La noticia del fallecimiento de Álvaro Domecq Romero ha generado una oleada de condolencias que reflejan el profundo respeto y cariño que le profesaban tanto sus compañeros del sector como las instituciones y el pueblo de Jerez de la Frontera.

Su memoria y el espíritu de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, su gran obra, continuarán siendo la mejor forma de honrar a una figura irrepetible en la historia ecuestre de España.

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