El conflicto de las terrazas en Plaza Plateros ha puesto de manifiesto una tensión creciente en el corazón de Jerez de la Frontera. La hostelería, un pilar de la economía local, busca optimizar sus espacios. Sin embargo, en esta céntrica plaza, la forma en que los bares delimitan sus terrazas con cordones genera un debate sobre el uso del espacio público y la movilidad ciudadana. La situación reaviva la discusión sobre el equilibrio necesario entre la actividad económica y los derechos de los peatones.

Un problema en la Plaza Plateros: Las barreras de cordones

En esta zona de alta concentración de establecimientos, la colocación de barreras con cordones ha creado una división inusual. A diferencia de otras áreas como las calles Larga, Consistorio o Arenal, donde la convivencia es más fluida, en Plateros estas estructuras móviles han levantado algunas críticas.

  • Obstáculos a la movilidad: Estas barreras, formadas por cordones unidos a inestables barras de hierro, impiden el paso directo entre estas terrazas en Jerez. Esto obliga a los peatones a salirse de la zona de los veladores, lo cual resulta especialmente problemático para personas con carritos de bebé o con movilidad reducida. Además, la falta de estabilidad de las estructuras supone un riesgo de caída, especialmente para los niños.
  • Impacto estético: La presencia de estos cordones altera la percepción del espacio público. En lugar de una plaza unificada y abierta, se crea una fragmentación visual. Esto puede restar fluidez y belleza a un lugar que, por su naturaleza, debería ser un punto de encuentro común.
  • Precedente indeseado: La proliferación de esta práctica podría sentar un precedente peligroso. Existe el temor de que otras calles y plazas del centro histórico de la ciudad terminen convertidas en una sucesión de «parcelas» privadas, erosionando el carácter público de estos espacios.

La normativa municipal: un análisis de la situación

La Ordenanza Municipal Reguladora de las Terrazas de Veladores de Jerez es el marco legal para este tipo de situaciones. Este texto busca equilibrar la actividad de los negocios con el derecho de los ciudadanos al libre uso de las vías.

Por un lado, la normativa permite la instalación de elementos separadores móviles y portátiles. Esto podría ser interpretado por los hosteleros como una forma válida de organizar y delimitar su espacio, evitando conflictos entre establecimientos y garantizando la comodidad de sus clientes.

Por otro lado, la misma ordenanza es muy clara en su requisito de garantizar un «itinerario peatonal accesible» con un ancho mínimo de 1,80 metros. Aunque las barreras de la Plaza Plateros no invaden directamente este espacio, su falta de estabilidad y la restricción al movimiento transversal podrían no cumplir con el espíritu de la norma, que prioriza la seguridad y la accesibilidad para todos los ciudadanos sin excepción.

Conclusión: ¿Equilibrio o conflicto?

terrazas Jerez

La tensión generada por el conflicto de las terrazas en Plaza Plateros es un ejemplo de la delgada línea que separa el interés privado del uso público del espacio. Si bien la intención de los hosteleros por ordenar su área de trabajo es comprensible, la solución adoptada en esta plaza parece estar en desacuerdo con la naturaleza abierta y accesible del lugar.

El debate pone de manifiesto la necesidad de una supervisión más activa por parte de las autoridades municipales. Es su responsabilidad asegurar el cumplimiento de la ordenanza, garantizando que la expansión de las terrazas no se haga a expensas de la movilidad, la seguridad y la estética de los espacios públicos, elementos esenciales para el bienestar de jerezanos y visitantes.

Fotografía © César Pérez Pacheco | jerezsinfronteras.es

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