
Agentes de la Policía Nacional, en el marco del Plan Especial de Seguridad Meridional, han asestado un duro golpe al narcotráfico en la costa gaditana, interceptando un alijo de 3.500 kilos de hachís que había sido desembarcado en la playa del Palmar, en la localidad de Vejer de la Frontera. La operación culminó con la detención de dos individuos, quienes ya han ingresado en prisión provisional por orden judicial.
La intervención, fruto de una meticulosa labor de investigación, ha permitido desmantelar una sofisticada red de tráfico de drogas que operaba con una «guardería» próxima a la playa, utilizada para esconder la mercancía ilícita.
La investigación: un todoterreno sospechoso y una «guardería» estratégica
La investigación se inició cuando los agentes tuvieron conocimiento de un desembarco nocturno de sustancia estupefaciente utilizando una embarcación de alta velocidad en la costa de Vejer. Las primeras pesquisas se centraron en una zona cercana a la playa del Palmar, donde la presencia de un vehículo todoterreno con maniobras inusuales alertó a los investigadores.
El seguimiento de este vehículo reveló un patrón de actuación que confirmaba las sospechas. El todoterreno contactó posteriormente con un utilitario tipo ranchera y una furgoneta, a los que hizo entrega de varios fardos de arpillera. Esta observación fue crucial para que los agentes pusieran en marcha un dispositivo policial coordinado, que culminó con la entrada y registro de una vivienda cercana. Esta propiedad, estratégicamente ubicada, estaba siendo utilizada como una «guardería» o almacén clandestino para la mercancía.
Sofisticado ocultamiento: hachís camuflado como naranjas y sobres de cacao
Una vez en el interior de la vivienda, los agentes se encontraron con una escena que evidenciaba el ingenio y la sofisticación de la organización criminal. Se incautaron un total de 30 fardos de estupefaciente, revelando una notable cantidad de droga preparada para su distribución.
Entre los hallazgos más sorprendentes, los agentes localizaron 24 sacos de obra que contenían 1.800 kilos de hachís. Lo más llamativo era el método de ocultación: la droga había sido cuidadosamente elaborada en bolas envueltas en un material de látex que simulaban ser naranjas, con el claro objetivo de dificultar su detección en caso de controles policiales. Este método de camuflaje demuestra un alto nivel de planificación y recursos por parte de los narcotraficantes.
Además de las «naranjas» de hachís, se encontraron numerosas pastillas de hachís en otros formatos, así como más estupefaciente escondido en el interior de paquetes individuales de cacao. Este tipo de ocultamiento en productos cotidianos busca también pasar desapercibido en inspecciones rutinarias.
Pero la vivienda no solo almacenaba droga. Los agentes también descubrieron 69 garrafas de gasolina, que sumaban un total de 1.400 litros de combustible, preparados en bidones para el abastecimiento de las «narcolanchas» utilizadas en el transporte de la droga por mar. Este hallazgo subraya la infraestructura logística de la red, que contaba con todos los elementos necesarios para sus operaciones ilícitas.
Detenciones y puesta a disposición judicial
La exitosa operación culminó con la detención de dos personas como presuntas responsables de los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Tras su puesta a disposición de la autoridad judicial, el juez decretó el ingreso en prisión provisional para ambos individuos, garantizando que no obstaculicen la investigación ni pongan en riesgo la seguridad pública.
Esta intervención de la Policía Nacional no solo representa la incautación de una considerable cantidad de droga, sino también la desarticulación de una base operativa clave para el narcotráfico en la zona, reafirmando el compromiso de las fuerzas de seguridad en la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de estupefacientes en las costas andaluzas.