Jerez de la Frontera ha aprobado de forma definitiva la Ordenanza de Prevención de la Contaminación Acústica (del ruido). Esta medida significa que Jerez actualiza la ordenanza de ruido, un paso importante para mejorar la calidad de vida. El nuevo documento, que sustituye a una normativa obsoleta de 1999, introduce procedimientos actualizados. Este cambio era fundamental debido al impacto del ruido en la salud y el medio ambiente, así como en los costes sociales asociados.

La principal meta de esta nueva ordenanza es preservar y reducir la contaminación acústica. Así, se busca garantizar el bienestar y la salud de los habitantes. La normativa proporciona ahora una herramienta más ágil y eficaz para velar por la calidad acústica, buscando un equilibrio con la actividad económica y comercial de la ciudad.

Durante el periodo de exposición pública, se presentaron alegaciones por parte de tres entidades. Algunas de estas sugerencias fueron aceptadas, mientras que otras no se estimaron por hacer referencia a una normativa superior que no puede ser modificada a nivel local. Es crucial entender que esta ordenanza es flexible, permitiendo al consistorio actuar y adaptarse a las realidades actuales.

En esta nueva ordenanza, se establecen mecanismos de participación y sensibilización. También se implementan programas en materia medioambiental y de concienciación sobre el ruido, lo cual es importante para la preservación del descanso y la salud de la ciudadanía. El texto consta de cinco títulos, 97 artículos, disposiciones adicionales, transitorias y finales, además de anexos.

La normativa renovada introduce nuevos procedimientos para controlar el funcionamiento de actividades que pueden generar contaminación acústica. El objetivo principal es permitir la intervención municipal mediante actuaciones preventivas, correctoras y paliativas. Esto asegura que el desarrollo de las actividades se realice de forma adecuada, protegiendo a los ciudadanos de las molestias y garantizando la convivencia.

Entre las novedades más destacadas, la ordenanza pone el foco en el derecho al descanso y la protección del domicilio. Se posibilita que los agentes o el personal de inspección medioambiental puedan formular denuncias por infracciones leves que no requieran comprobación acústica.

Además, se establece la tipificación de las infracciones relacionadas con los ruidos, con un procedimiento simplificado pero que asegura todas las garantías legales. Se impulsa la vigilancia, el control y la disciplina de la contaminación acústica en actuaciones tanto públicas como privadas. La ordenanza también detalla y especifica los distintos focos emisores que podrían causar contaminación acústica en la localidad.

Asimismo, se establecen los criterios para la suspensión provisional de los objetivos de calidad acústica bajo circunstancias especiales. Esta es una novedad que incorpora la normativa estatal y autonómica a nivel municipal. Finalmente, se regula el uso de equipos limitadores-controladores en establecimientos específicos, exigiendo un sistema de transmisión telemática para gestionar su funcionamiento y el autocontrol sonoro que podrá requerirse a ciertos emisores acústicos.

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