
Estamos hartos de los políticos españoles, de nuestros gobernantes, de sus peleas y sus reproches constantes, sin mayores miras para el país. Actualmente, giran en torno al apagón que dejó a oscuras gran parte de la península ibérica el pasado 28 de abril. Nos preguntamos dónde quedaron esos políticos de la Transición española, aquellos con una visión clara de los Intereses Generales del Estado Español, con el objetivo genuino de hacernos la vida mejor a los españoles. El Rumbo Político de España parece haberse desviado.
Más allá del apagón
Resulta descorazonador ver cómo, ante un suceso que afecta directamente la vida de la gente, como fue el reciente corte de suministro eléctrico, la reacción inmediata sea la del cruce de acusaciones. En lugar de buscar soluciones conjuntas, de analizar qué falló y cómo evitar que vuelva a ocurrir, se prioriza la confrontación política. Esto no es nuevo, lo observamos a diario en el debate público, en cada tema que surge. Parece que la prioridad es desgastar al adversario en lugar de construir para el ciudadano. La energía que se gasta en la disputa podría emplearse en mejorar las infraestructuras, en planificar el futuro, en abordar los problemas reales que preocupan a la sociedad. El apagón es solo un ejemplo visible de una dinámica mucho más profunda y perjudicial.
La ciudadanía demanda miras largas
Los ciudadanos percibimos esta situación con una mezcla de fatiga y preocupación. Vemos que se discute sobre quién tiene la culpa de lo ocurrido, pero echamos en falta un debate serio sobre la seguridad energética del país a largo plazo, sobre la transición ecológica sin comprometer la estabilidad del sistema, sobre cómo hacer frente a los desafíos económicos y sociales que tenemos por delante. La política se ha instalado en el corto plazo, en la táctica electoral constante, olvidando que gobernar implica tener una visión de futuro y trabajar en ella con perseverancia. Queremos ver a nuestros representantes pensando en las próximas generaciones, no solo en las próximas elecciones.
Recuperar el espíritu de servicio
Quizás sea momento de recordar los principios que guiaron a aquellos que hicieron posible nuestra actual democracia. Unos principios basados en el diálogo, el consenso y el compromiso con el bien común. La Constitución Española habla de que los poderes públicos sirven a los intereses generales. Sentimos que esa máxima, a menudo, queda relegada frente a los intereses partidistas. Es necesario un cambio de enfoque, una vuelta a la política útil, aquella que se centra en resolver los problemas de la gente y en construir un país más próspero y justo para todos. La responsabilidad de ello recae, sin duda, en quienes tienen la tarea de dirigirnos. Esperamos que sepan estar a la altura.
Imagen generada con IA