Descubre ‘El Racimo de las doce’, un villancico con sabor a flamenco interpretado por Fernando Terremoto y acompañado por las guitarras de Moraíto Chico y Diego del Morao. Sumérgete en un mundo lleno de emociones y contempla la belleza de cada pequeña uva. Disfruta de la pasión y la melancolía del flamenco en esta fusión con la magia de la Navidad. Cierra los ojos y déjate llevar por la voz de Fernando Terremoto y las melodías de Moraíto Chico y Diego del Morao en esta danza eterna de amor y música.
En esta ocasión, nos adentramos en el fascinante mundo del flamenco para presentarte «El Racimo de las doce», un villancico interpretado por la increíble voz de Fernando Terremoto y acompañado por las virtuosas guitarras de Moraíto Chico y Diego del Morao.
Imagínate este escenario: una noche estrellada, donde cada uvita es una estrella que desciende del cielo para bendecirnos con su presencia. Y en medio de ese mágico ambiente, la voz de Fernando Terremoto nos envuelve con su calidez y pasión, transportándonos a un mundo lleno de emociones.
El racimo de las doce, además de traernos buena suerte, nos invita a contemplar la belleza de cada pequeña uva. No las tomes a la ligera, porque cada una de ellas es como una joya celestial que merece ser apreciada. Y tú, con tu carita radiante como el sol y bañada por la luz de la luna, eres el centro de atención.
Quiero que tus labios, serrana, prueben estas uvas. No las desprecies, boquita de nieve. Permítele a tu paladar deleitarse con su dulzura y descubrir los matices de sabor que se esconden en cada pequeña esfera. Porque, al igual que el año se va y vuelve la vida, estas uvas nos enseñan que cada experiencia es única y valiosa.
Uvitas negras y mauras, negra como mis pesares, negra como tu hermosura. En estas palabras, la poesía del flamenco se entrelaza con la melancolía y la belleza. Es un canto a la pasión y a la tristeza, donde las emociones se desbordan y se funden en una sola voz.
El Racimo de las doce es un regalo para ti, una expresión de amor y admiración. Es el deseo de que la buena suerte te acompañe en cada paso que des, y la certeza de que siempre habrá alguien dispuesto a expresar lo mucho que te quiere.
Y ahora, madre, vámonos a ver cómo suenan las campanillitas de la Nochebuena. Dejemos que su dulce música nos envuelva y nos transporte a un mundo de magia y alegría. Porque en esta noche especial, el flamenco se une a la tradición navideña para crear un ambiente único y lleno de encanto.
En resumen, «El Racimo de las doce» es un villancico que fusiona la pasión del flamenco con la magia de la Navidad. Es una invitación a disfrutar de cada momento, a apreciar las pequeñas cosas y a expresar nuestros sentimientos de una manera sincera y auténtica.
Así que, la próxima vez que escuches este villancico, cierra los ojos y déjate llevar por la voz de Fernando Terremoto y las melodías de Moraíto Chico y Diego del Morao. Permítele que te transporte a un mundo donde el amor y la música se entrelazan en una danza eterna.
Navidad en Jerez
El racimo de las doce
El racimo de las doce
te traiga la buena suerte,
cada uvita es una estrella
que baja del cielo a verte.
No me digas que no
porque no las toma una por una,
que tu carita es un sol
y bañaito por la luna.
Quiero que tus labios
serrana las pruebe,
no me las desprecies
boquita de nieve.
El año se va
y vuelve la vida
y tú me dirás (bis)
que mi voz te ha vuelto
loquita perdía.
Uvitas negras y mauras (bis)
negra como mis pesares
negra como tu hermosura (bis).
El racimo de las doce
te traiga la buena suerte,
para decirte y uvero
lo mucho que a ti te quiere.
Vámonos madre
verás como suenan (bis)
las campanillitas
de la Nochebuena (bis).