César Pérez Pacheco
Un hallazgo documental en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz nos acerca a una historia singular. Se trata del Testamento Gitana 1647 de María de Flores, una mujer de nación gitana y vecina de Cádiz en aquel lejano siglo XVII. Este documento, escrito a mano y con las dificultades de lectura que implica el paso del tiempo, ofrece una ventana íntima a la vida y las posesiones de una mujer en un periodo sobre el que a menudo faltan registros detallados de comunidades específicas. La trascripción parcial facilitada permite asomarse a sus últimas voluntades y a retazos de su día a día.
Las pertenencias de María
El testamento enumera algunas de las posesiones que María de Flores deseaba legar o distribuir. Entre ellas figuran joyas destacadas, como una gargantilla de oro y perlas. También se mencionan «otras joyas», varios vestidos, dos pares de medias, un par de zapatos nuevos blancos, ligas, enaguas, camisas y ropa de cama. Este inventario de bienes nos da una idea de su estatus y de los objetos considerados de valor en la época. Las prendas de vestir y los complementos ofrecen pistas sobre la moda y las costumbres del siglo XVII.
Últimas voluntades y fe
Como era común en los documentos de la época, el testamento comienza invocando a la divinidad. María expresa su fe y su deseo de poner en orden sus asuntos terrenales. Una parte significativa del texto se dedica a disposiciones religiosas. María manda que se digan misas por las almas del purgatorio y por la suya propia. Específicamente, solicita dos misas cantadas en la Real Capilla de Nuestra Señora del Pópulo de esta ciudad, así como veinte misas rezadas. Esto subraya la profunda religiosidad y las prácticas funerarias del periodo.
Vida familiar y bienes
El documento también aporta datos sobre su vida personal. María de Flores declara haber estado casada con José de la Cruz, igualmente gitano. Menciona la dote que se aportó al matrimonio, cifrada en dieciséis mil y quinientos maravedíes, lo cual es una cantidad significativa para la época y revela aspectos económicos de su unión familiar. Además, declara tener en su poder, junto a su marido, cuarenta y seis ducados y seis reales, y menciona una cantidad empeñada con un Capitán Cristóbal. Estos detalles económicos, aunque parciales por la dificultad de la transcripción completa, iluminan aspectos poco conocidos de la historia social y económica de la comunidad gitana en el siglo XVII. El Testamento Gitana 1647 es, sin duda, una fuente valiosa para comprender mejor el pasado.
Fotos © Archivo Histórico Provincial de Cádiz
