Un camionero ebrio al volante. Así, sin rodeos, es como fue interceptado un conductor de un vehículo pesado de 40 toneladas que circulaba por la carretera A-491, esa que une Chipiona y El Puerto de Santa María. Los hechos, puestos en conocimiento por la Benemérita, subrayan la importancia de los controles en nuestras carreteras y el peligro que supone la conducción bajo los efectos del alcohol, especialmente cuando hablamos de transportes de gran tonelaje que, por sus características, requieren la máxima atención y lucidez al volante. Los agentes del destacamento de Tráfico de Jerez de la Frontera fueron quienes dieron el alto a este camión durante uno de sus operativos habituales enfocados en el transporte profesional.

El suceso y las cifras

La sorpresa llegó al realizarle la prueba de alcoholemia al conductor. El resultado arrojado fue de 0,62 miligramos por litro de aire espirado. Para poner esto en perspectiva, esta cifra cuadruplica la tasa máxima permitida para conductores profesionales, que es notablemente más restrictiva que para los conductores particulares precisamente por la responsabilidad que conlleva su trabajo y el tipo de vehículos que manejan. La Guardia Civil ha calificado esta infracción como muy grave, lo que automáticamente implica una serie de consecuencias para el infractor. La multa asociada a este positivo tan elevado asciende a 1.000 euros, una cantidad considerable que busca tener un efecto disuasorio. Además del perjuicio económico, el conductor verá reducido su crédito de puntos en el carné de conducir en seis unidades, un golpe importante a su permiso para seguir ejerciendo su profesión.

Más infracciones encontradas

Pero las irregularidades no terminaron con el positivo en alcohol. Durante la inspección rutinaria del camión, los agentes detectaron otro fallo significativo: el vehículo no había pasado la inspección técnica periódica reglamentaria, lo que popularmente conocemos como la ITV. Saltarse este trámite obligatorio no es un asunto menor, ya que garantiza que el vehículo cumple con las condiciones mínimas de seguridad para circular. Esta segunda infracción, tipificada como grave, suma otra sanción económica al conductor, en este caso de 200 euros. Este doble incumplimiento agrava la situación del transportista y pone de manifiesto una posible dejadez en el cumplimiento de la normativa vigente, poniendo en riesgo no solo su vida, sino la de los demás usuarios de la vía.

Un llamamiento a la conciencia vial

Este tipo de sucesos nos recuerdan la fragilidad de la seguridad vial y la necesidad de una concienciación constante por parte de todos los conductores. La Guardia Civil insiste, y no es casualidad, en que conducir bajo los efectos del alcohol es una de las principales causas de siniestralidad en nuestras carreteras. A esto se suman otras conductas de riesgo como circular a una velocidad inadecuada o las distracciones al volante, algo cada vez más preocupante con el uso de dispositivos móviles. Evitar el alcohol al conducir, respetar los límites de velocidad y mantener la atención plena en la carretera son pilares fundamentales para evitar tragedias. La labor de control de las autoridades es esencial, pero la responsabilidad final recae en cada persona que se sienta al volante de un vehículo, máxime si es uno de 40 toneladas.

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