La Opinión de Bachiller Sansón Carrasco | Una Reina de Castilla enterrada en Jerez

Reina de Castilla
Blanca de Borbón

Bachiller Sansón Carrasco desvela la polémica detrás del entierro de una Reina de Castilla en Jerez. ¿Un honor o un destierro?

Blanca de Borbón
Reina de Castilla
«Dime Castilla, ¿qué te he hecho yo?»

Blanca de Borbón (13391361). Noble francesa y reina consorte de Castilla, fue la primera y, según la ley canónica, única esposa legítima del rey Pedro I de Castilla.

Nacida en la ciudad de Vincennes, Francia, Blanca era hija del duque Pedro I de Borbón (bisnieto de Luis IX de Francia) y de Isabel de Valois (a su vez nieta de Felipe III de Francia).

El rey Pedro de Castilla, apodado «el Cruel», venía batallando desde su accesión al trono en 1350 una encarnizada lucha contra sus medio hermanos, Fadrique Alfonso de Castilla y Enrique de Trastámara, ambos hijos del difunto rey Alfonso XI con la sevillana Leonor de Guzmán.

Leonor de Guzmán fue asesinada poco después de la muerte del rey (1351), por órdenes de la reina viuda María. Sus hijos entonces levantaron el estandarte de la rebelión contra Pedro. Viendo el rey cómo sus hermanastros ganaban cada vez más adeptos en las ciudades castellanas, decide entablar negociaciones con el reino de Francia, el cual podría ser un poderoso aliado para sus fines, no sólo en lo militar, sino también en lo económico.

La reina madre María de Portugal y el ayo del rey Pedro, Juan Alfonso de Albuquerque, presionaron al joven soberano para aceptar el enlace con Francia. El papa Clemente VI (en connivencia con el rey Juan II de Francia) dirigió a la reina diversas misivas desde Aviñón aconsejándole reforzar la alianza con Francia mediante un enlace matrimonial. La guerra con sus medio hermanos hizo que el rey Pedro finalmente aceptara los consejos de su madre y Albuquerque.

Durante las cortes de Valladolid de 1351 se presenta formalmente una embajada francesa para acordar los términos del enlace real. Se acuerda entonces que la elegida sea una de las hijas del duque Pedro I de Borbón. Blanca es la elegida.

El 2 de julio de 1352 se firma el tratado de alianza entre Francia y Castilla y el contrato matrimonial, el cual es ratificado cinco días después en Francia por el rey Juan II mientras el 4 de noviembre del mismo año, el rey Pedro hace lo mismo en Castilla.

Blanca nunca deseó el matrimonio y hasta en tres oportunidades renegó de este, pero, obligada por el rey Juan II, su padre, su cuñado y hasta por su propia hermana Juana, acepta su destino.

En enero de 1353 Blanca llega finalmente a Barcelona y en febrero a Valladolid. El rey Pedro decide retrasar el matrimonio. Ya que tenía amores con María de Padilla, la cual ya le había dado una hija.

Pero finalmente, ante las presiones de su madre y de Albuquerque, el rey Pedro decide llevar a cabo la boda.

El matrimonio entre el rey Pedro de Castilla y Blanca de Borbón se celebra en Valladolid el 3 de junio de 1353. No obstante, a los dos días de celebrado el enlace, el rey abandona a su esposa, negándose a convivir con ella nunca más.

La teoría más probable es que, una vez a solas, Blanca le dijo a su esposo (confiada en que ya eran marido y mujer y por tanto no tenía nada que perder) que el rey de Francia, su padre, no disponía del capital suficiente para pagar la dote acordada. El rey Pedro se enfadó con razón ante tal engaño, ya que necesitaba esos recursos económicos y militares para salir vencedor de la guerra, desquitándose con la única persona que tenía a mano: Blanca.

El supuesto abandono y desatención conyugal de la reina se utilizaría como excusa para desatar una encarnizada guerra civil en el reino de Castilla: por un lado, el bando del rey, apoyado nada menos que por sus hermanos bastardos Enrique y Tello y los infantes de Aragón, bajo la promesa de grandes favores, y por otro, el bando de la reina madre y el favorito Albuquerque, al que se unieron numerosos nobles castellanos.

Inmediatamente después de ser abandonada por el rey, Blanca pasa a Medina Sidonia junto a la reina madre; pero, cuando estalla la guerra civil en Castilla, el rey ordena que sea enviada al castillo de Arévalo y luego al Alcázar de Toledo, desde donde ella manda cartas al papa Inocencio VI en las que decía que el rey Pedro la sometía a grandes privaciones.

Gracias a dichas cartas (que rápida y convenientemente se hicieron públicas), el pueblo toledano se subleva contra el rey y se pone del bando de Blanca, al que se unen también numerosos nobles. Blanca abandona el Alcázar, desobedeciendo a su esposo, y se refugia en la Catedral, desde donde organiza a sus adeptos e incluso les da ayuda económica para su causa. El rey llegó incluso a caer prisionero en Toro, pero consigue huir gracias a su tía Leonor y sus primos los infantes de Aragón, a los que promete grandes beneficios.

Entre 1355 y 1359 Blanca es confinada en el Castillo Episcopal de Sigüenza y posteriormente trasladada a El Puerto de Santa María al Castillo de Doña Blanca, antes no se llamaba así, para evitar que sea liberada por el bando aragonés (una vez que los infantes de Aragón descubrieran que habían sido engañados por el rey Pedro y nunca recibieran las recompensas prometidas) y fuera bandera de su causa. Entretanto, el rey regresaba al castillo de Urueña en Valladolid, donde se alojaba su amante, María de Padilla, viviendo con ella definitivamente.

Doña Blanca fue trasladada al Alcázar de Jerez de la Frontera a fin de mantenerla alejada de los enfrentamientos entre Pedro I y el reino de Aragón y, al mismo tiempo, el Papa Inocencio VI presionó para que fuera liberada.

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Calle Doña Blanca en Jerez de la Frontera. Foto: Bachiller Sansón Carrasco

El rey encargó a su médico privado que la envenenase, hecho al que se opuso el alcaide del Alcázar Diego Ortiz de Zúñiga, el cual prefirió renunciar a su cargo antes de permitir tal villanía. A la renuncia de Ortiz de Zúñiga fue encomendada tan sucia misión a un nuevo alcaide, el ballestero Juan Pérez de Rebolledo, el cual aceptó la misión sin el menor reparo.

La reina Blanca de Borbón falleció en 1361, asesinada por orden de Pedro I de Castilla. Sus últimas palabras fueron: «Dime Castilla, ¿qué te he hecho yo?»

Después de su asesinato, el cadáver de la reina Blanca de Borbón recibió sepultura en la Iglesia de San Francisco de Jerez de la Frontera, y el sepulcro que contenía sus restos mortales permaneció en la capilla mayor de la iglesia del monasterio hasta que la reina Isabel la Católica ordenó trasladarlo al altar mayor. El sepulcro es de mármol y está adornado con los escudos de Castilla y Borbón.

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Templo de San Francisco. Foto: Bachiller Sansón Carrasco

Cuando se reedificó el templo de San Francisco a finales del siglo XVIII, hay noticias de que los restos de Doña Blanca fueron depositados en una caja de cedro, que se guardó en la celda del prior. Con el advenimiento de la Primera República en 1873, la caja de cedro fue depositada en el Archivo Municipal, para regresar el 24 de febrero del año siguiente al convento de San Francisco, donde se alojó en una pequeña cripta en el lado izquierdo del altar mayor. La última noticia sobre la existencia de la mencionada caja nos la aporta en 1910 el que fuera archivero municipal Adolfo Rodríguez del Rivero, el cual dice que en esa fecha bajó a la cripta junto al entonces alcalde, el marqués de Campo Real, y allí estaba una desvencijada caja con los restos de aquella reina. Dentro de la misma, cuenta, había una lata que contenía un pergamino imposible de tocar pues se deshacía, dado su estado de descomposición.

En la sacristía de la iglesia está colocada una lápida con la siguiente inscripción: ​

Reina de Castilla
Foto: Bachiller Sansón Carrasco

CHR. OPT. MAX. SACRUM. DIVA BLANCA, HISPANIARUM REGINA, PATRE BORBONICO, EX INCLITA FRANCORUM REGUM PROSAPIA, MORIBUS ET CORPORE VENUSTISSIMA FUIT: SED PRAEVALENTE PELLICE, OCCUBUIT JUSSU PETRI MARITI CRUDELI, ANNO SALUTIS 1361, AETATIS VERO SUAE 25.

Consagrada a Cristo Sumo Bienhechor y Todopoderoso Señor Nuestro, Doña Blanca Reina de las Españas, hija de Borbón, descendiente del ínclito linaje de los reyes de Francia, fue grandemente hermosa de cuerpo y costumbres, mas prevaleciendo la manceba, fue muerta por mandato del rey D. Pedro I el Cruel su marido. Año de Salud de 1361. Siendo ella de 25 años de edad.

En el libro

Notica Histórica de las Calles y Plazas de Xerez de la Frontera: sus nombre y orígenes. Enriquecida con datos inéditos, sacados del Archivo Municipal de la propia ciudad”. Páginas 294 – 295.

Agustín Muñoz y Gómez. Tipografía de “El Guadalete” calle Compás, número 2, año 1903.

Reina de Castilla
Patrimonio familiar de Bachiller Sansón Carrasco

Habla de la calle Doña Blanca en honor a esta Reina. Y nos dice:

Se ha llamado de Bohórquez Cadahorcos, Callejón de San Francisco y Tras de San Francisco. El nombre que hoy tiene lo lleva desde 22 de Abril de 1852, por acuerdo del Ayuntamiento, á consecuencia de estar en San Francisco el sepulcro de la desgraciada Dª Blanca de Borbón, mujer de D. Pedro el Cruel, según conmemora la antigua lápida puesta por orden de los Reyes Católicos, junto al Presbiterio de la dicha Iglesia. Está en el lado del Evangelio y es de 1477”.

Francisco Mesa Ginete

Historia Sagrada y Política de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Tarteso, Turdeto, Asta Regia, Asido Cesariana, Asidonia, Gera, Jerez Sidonia, hoy Jerez de la Frontera, 1754”. Jerez. Imprenta de Melchor García Ruiz, Gravina 2. 1888. Págs. 415 – 424.

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Patrimonio familiar de Bachiller Sansón Carrasco
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