Jerez de la Frontera se prepara para desplegar todo su encanto. Cada mes de mayo, esta tierra se transforma para acoger una celebración declarada de Interés Turístico Internacional. Es el momento de sentir la magia de la Feria del Caballo, una experiencia que atrae miradas de todas partes, fascinadas por la nobleza del caballo andaluz, el compás flamenco y la genuina alegría de la gente local. Es un encuentro con las tradiciones y el espíritu de esta ciudad. Las raíces de esta gran fiesta se hunden en el tiempo, evolucionando desde aquellos primeros encuentros de ganaderos a finales del siglo XIX hasta convertirse en el referente cultural y turístico que conocemos hoy. Es una cita ineludible en el calendario andaluz.

Protagonismo equino

Sin duda, el caballo andaluz es el corazón de la Feria. Su elegancia y porte son inconfundibles. Durante estos días, el recinto ferial se llena de vida con el espectacular paseo de caballos, donde jinetes y amazonas exhiben con orgullo la belleza de sus monturas. Es un desfile lleno de color y tradición que cautiva a todos los asistentes. Además, se celebran diversas exhibiciones de doma clásica, alta escuela y enganches, mostrando la maestría y la conexión entre jinete y caballo, demostrando por qué esta raza es tan valorada a nivel mundial.

Sabor y sonido andaluz

La Feria del Caballo es una fiesta para todos los sentidos. El flamenco inunda las casetas, que se convierten en pequeños escenarios donde se respira arte por los cuatro costados. Cantaores, guitarristas y bailaores ofrecen actuaciones que emocionan y hacen vibrar. Y qué decir de la gastronomía y el vino de Jerez. Es imposible visitar la feria y no probar los sabores típicos de la tierra: el pescaíto frito, el jamón, los guisos tradicionales. Todo ello maridado con el vino de Jerez, un tesoro líquido reconocido internacionalmente que se disfruta en sus diferentes variedades, desde el Fino más seco al Cream más dulce. Las bodegas de la ciudad también abren sus puertas para ofrecer experiencias únicas.

Un ambiente inolvidable

El ambiente de la Feria es algo único y difícil de describir. El parque González Hontoria se transforma, sus calles se llenan de farolillos y el aire se impregna de olor a jazmín, a albero y a alegría. Es una fiesta abierta a todo el mundo, donde la convivencia y la camaradería son la norma. Hay atracciones para los más pequeños, conciertos, desfiles y un sinfín de oportunidades para disfrutar. Para aprovechar al máximo la experiencia, es recomendable planificar la visita con antelación, especialmente el alojamiento, que suele agotarse. También es buena idea elegir ropa y calzado cómodos para aguantar las largas jornadas de fiesta y, por supuesto, dejarse llevar por el ambiente y la música. La Feria del Caballo es una vivencia que merece la pena disfrutar sin prisa.

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